lunes, 31 de octubre de 2011

TELE: UN CACHITO DEL LOCO


El Loco y Juan Tamariz. El mago tiene querencia gaditana y quién le va a culpar. La Caleta despliega su panorama de barquitas y su sol derretido sobre la playa eterna. Cádiz esperando el bergantín que no llega, que dice Gabo. El Loco, con su emperifollamiento de pañuelos, le saca al mago unos trucos en un teatro sevillano y un poquito de gaditanismo, que no le imaginábamos al ilusionista socarrón.

Pasa después a hablar del amor, con la señora Galiana y una mujer, en sus cuarenta muy bien llevados, que fuera la loca de amor, la loca de amor de Falla, otro gaditano, en el desvarío televisivo de los ochenta. El amor fou, de puñales en el pecho, es ahora una pasión fría, discontínua y racional y Galiana tuerce el gesto y reconoce haber sido tocada por un solo hombre, su marido, del que afirma no poder decir lo mismo. ¿El amor, Gala? Todo. Todo. Todo. Negando, afirmando, resuelto, elocuente: el amor lo es todo. ¿Y para Punset? Supervivencia y erotismo mitocondrial. Y hasta Bucay define el amor como la libertad que se le da al otro para cometer actos contra nosotros mismos, como si amar fuera una pirueta contractual. ¿Es ponerse en manos del otro? Quizá, Bucay, cursilón siniestro, y el Bucay español, Marina, que dice que el amor no es convivencia. ¿Qué será el amor? La Jurado afirma que una especie de sed de absoluto, un placer y un daño y entre cada palabra deja un vacío y un gesto que es más grande que todos los poemas; Shakira, cuyo trasero es una perfecta definición del amor, dice, con una entereza que no se merece su amante fronticorto, que es Dios en la tierra para los creyentes y la razón que evita el suicidio masivo para los que no lo son. Horas de televisión resumidas en una divagación sobre el amor y sobre todas ellas la de Paco Rabal, reconociendo que una cosa es el amor y otra el polvo loco, mientras le miran ojos amorosos y pacientes de su esposa, que hace de loco de la colina y deja escapar un chorro de dolor por la mirada. 

Necesitamos televisión en directo. En riguroso directo. El rigor del directo es la respiración administrada, el juego de la respiración que ensayan ya todos los invitados del sálvame, y la iluminación nimbada del loco en su colina, con ese andalucismo paciente y senequista, es como el directo enfrascado para que el ambiente dela entrevista se condense. Que no sea directo, pero que hable gente y que se recupere el género de la entrevista. Muchas veces, la telebasura tiene el interés, el simple interés de ver gente hablando sin ficciones.

Las locas por amor dejan de serlo y en su enfriamiento parece apagarse la pasión que todos tuvimos, adultos, ancianos, niños, en los ochenta. Tengo nostalgía de ese amor de la loca enamorada y yo era un niño. ¿Qué pasión sintió? ¿Qué desgarro? ¿En qué bares, con qué canciones? ¿Qué gemidos, qué gritos? El amor, dijo alguien, es un beso, dos besos, tres besos, dos besos, un beso y luego ningún beso, sí, pero aún entonces, un cautiverio y una respiración.

domingo, 30 de octubre de 2011


DIARIO


Al parecer ya ha pasado el aguacero. Llegó ayer, como un desprendimiento de tropicalismo. Lo vi tras la ventana, cumplido el titular, porque la lluvia de otoño llevaba días siendo noticia y se esperaba como un meteorito o un jefe de estado. Las periodistas se subían a lo alto de los cerros a explicar la lluvia. La expectativa, el culto estadístico que mueve la actualidad -secretamente todos esperamos el fracaso de las previsiones, su fría petulancia, aunque sea a costa del derrumbe económico-, había provocado que vergonzosamente uno se refugiase en casa. De este modo, me he perdido uno de los placeres infantiles: el olor algo sulfuroso de antes de llover, la verdadera expectativa de lluvia, y la sinfonía de perfumes de la humedad. La humedad, por cierto, es una cosa sutil que odiamos, como si no estuviésemos preparado para ese estado intermedio, insidioso. 

Vivir la lluvia como noticia debe considerarse ya un empobrecimiento.

Lo mejor de la lluvia está en el cielo, en sus matices y mutaciones otoñales. Una oscuridad cernida, amenazante, con una fuga amarilla hacia la claridad por el norte. Todo amarillo y violeta como la carne dolorida, con la sensación de intimidad de los cielos bajos, encapotados. Apostaría algo a que un cielo así cobija menos crímenes, porque lo terrible es la claridad, el verano.

Las formas vulgares que entonan la autoestima. Un cenicero con formas de cartelería francesa. La serenidad tras la crisis muscular. Formas de camuflaje de las cuestiones esenciales, que orgánicamente se ocultan. El lento aprendizaje del autoengaño que viene a ser vivir. Lección primera y única de fisiología moral.

Alguien yace como un sultán en la terraza de la cafetería, con el puto iphone  y ELPAÍS al lado. El camarero, paciente y de mirada dura -ésos son los mejores-, nos recuerda el trato profesional en medio del domingo y uno casi que agradece ese envaramiento comercial. La exhibición del ocio dominical es impúdica. Habernos dado educación, sufragio y albedrío social ha sido un enorme error. Haber convivido con la sociedad española de las tres últimas legislaturas es una experiencia estética mil veces peor que la guerra. Haber sido uno de ellos. Ser uno de ellos. Por Dios.

Al aparcar, noto en la calle, persistente, el sonido de algo que es como el surgimiento de una abubilla residencial. Parado, con las llaves en la mano, me siento protagonista de un anuncio de coches, preso en una epifanía publicitaria. Camino hacia casa y el cielo dorado del oeste, con una nobleza como de cobre, lanza sobre los edificios una luz de polvo dorado y el efecto es como el maquillaje arquitectónico. Qué suerte tienen los arquitectos de que aún haya sol y otoño. El silencio es consistente, físico. La abubilla -la llamaremos abubilla- suena como un grillo de metal más noble. Todo parece estar digiriendo una paella comulgante, en el sopor inevitable del arroz.

sábado, 22 de octubre de 2011

TELE: SÁLVAME. LA CAJA DE YURENA


Muchas mujeres catódicas parecen compartir el drama del padre ausente. Yurena, antigua Tamara -durante el programa, por eso de la intimidad, también se le llamó María del Mar, como un animal de múltiples cabezas, todas ellas escaroladas- vive con el ay de que su padre abandonó a su familia por un hombre. El padre, que por algo se llama Floreal, no habla muy bien de Yurena y su madre, la señora Margarita Seisdedos. Esas mujeres sin padre parece que van todas a la tele a buscarlo. El padre ausente y la necesidad de encontrarlo a través de la popularidad parecen ser la explicación de sus carreras. Inexplicables carreras de otro modo, artisteo obcecado, maniático, que ya vamos viendo que es la forma de resolver un complejo de infancia. En el caso de Tamara, su estilismo, siempre aspirante al reconocimiento gay, parece que también viene explicado por lo del padre. En realidad, la biografía es la forma de remediar el guantazo que de niño nos dio el padre.

La caja está resultando un redimensionador de personajes. Yurena ya no es la cantante freak, sino una mujer que se explica maravillosamente, con mucha propiedad, protagonista de una hermosa relación materno-filial. La caja es como un megacolaborador, y en ella sale un tipo, que es como un kiko intra-psique, que les canta las cuarenta. Yurena hablaba con tristeza de la depresión de su madre y la señora Seisdedos la miraba con unos ojos tristes pero muy curiosos que se iban enrojeciendo. Después, para que no la viesen llorar, ocultaba su cabeza entre las manos, mostrando sus dedos, como para que viésemos que efectivamente tiene cinco. Me dio mucha pena. Estos dramas de las mamás de las artistas sin padre que está contando Jorgeja (Sonia, Monroy, Tatiana, Yurena...) son en realidad el drama de tantas mujeres para las que el siglo XX fue como un lamentable abandono del domicilio conyugal. Y son una cosa muy del pronto en el que colaboró Jorgeja, que dignifica a las madres ancianas como un Almodóvar.

Margarita Seisdedos es la madre de artista por antonomasia, pero a partir de ahora vamos a preocuparnos mucho de su estado y la gran exclusiva que tendrá que vender Tamara será la de su independecia: Ese día en que estrene pisito y haga un sarao de inauguración con Leonardo Dantés cantando a la hipoteca y al alquiler. 

En una pausa anunciaron La Noria. Decían que "el caudillo está más de actualidad que nunca". Yo no daba crédito. Jorgeja paseaba y echaba miraditas a su Kenny G. Jorgeja parece siempre que peta la camisa. No lleva una prenda holgada desde que se quitó el babero. Me fijé también en que el pianista, al cantar, tenía la misma cara de Pablo Sebastian. Fíjense.

En una de esas Yurena dijo: "si me pinchan no sangro", lo que en sus labios sonaba un poco literal. La señora Seisdedos dijo una cosa hermosa sobre Florean: "Yo quiero a cualquiera y le quise a ratos".
Luego Yurena nos descubrió que estuvo años sin salir para cuidar su voz. Sorprendentemente, Jorgeja dejó escapar el comentario.

Kiko Matamoros pidió un plano de los pies de Doña Margarita y Mila, mezquinamente, trató de meter cizaña entre madre e hija. Al final, se fundieron en un abrazo y salieron del plató hacia su realidad. Hoy estarán en su humilde pisito y la señora Seisdedos no saldrá de la cama. Ojalá pudiera leerme, ojalá tuviera un ipad.

Belén Esteban, que está muy graciosa en los finales de Sálvame, dijo que el chichi lavado es chichi estrenado y luego afirmó que en su cuerpo sólo entraba su marido.

Después entró Juan Miguel, el peluquero, ex de Karina. Absolutamente Rubia, tiene pinta de narco. Es como un narco travesti con bigotón macho. Vino Juan Miguel y no le pusieron subtítulos. Como me dormí no sé a estas horas si se sacó el huevo, como en el reality. 

viernes, 21 de octubre de 2011


LA NOVA MASÍA



El barcelonismo ha inaugurado la nueva masia, una geometría fea, moderna, que parece un centro cívico o un instituto de alta tecnología. Uno de esos edificios misteriosos, de tan cúbicos. En realidad, allí llevarán a los niños nigerianos y a los niños albaceteños para ser instruidos en el tiquitaca, como en un seminario moderno, pues los canteranos son los nuevos seminaristas y los niños de Montserrat les tienen celos. Anoche, en onda cero, el ex-presidente culé, Josep LLuís Núñez, que ya no dice quicir, comentaba algo curioso: el origen del esplendor culé que este edificio representa está, no tanto en Cruyff -profeta- como en el estallido económico y social que permitió la remodelación y ampliación del Nou Camp. Al crecer, el Nou Camp pudo asumir el crecimiento de la propia sociedad barcelonesa. En perfecta sintonía. Como una novela de Marsé, como una de Serrat, como una paranoia de Vázquez Montalbán. Ese desarrollismo no lo tuvo el Madrid, al que las autoridades franquistas, tan madridistas ellas, no le permitieron hacer lo mismo con su estadio. Ése es uno de los más importantes '¿pur qués?' del fútbol español.

A la Nueva Masía (Nou Camp, Nova Masía... qué afán de novedad)le han puesto el nombre de Oriol Tort, en homenaje a un pionero del fútbol base culé. La antropología culé ya es así, ya bucea delirante en su historia menor y no le pone el nombre de Kubala al complejo canterano, sino el de Oriol Tort y al próximo estadio igual le ponen el nombre del delegado Carlos Naval, por coherencia, sentido de institución y amor a la casa. Eso es el guardiolismo, esos detallitos. Claro, dirán, el Madrid maltrata a Del Bosque, vejado en un pasillo como un invitado de telecinco, y el Barcelona, señorial, assenyat, profundísimo, familiar, como la Casa tarradellas, le dedica su Valdebebas a uno que se llama Orio Tort al que conocían sólo cuatro esnifadores del sport y los peñistas más románticos de Palafrugell

El caso es que el nombre de Oriol Tort tiene su miga,'tort' en valenciano, o en la variación dialectal del catalán que se habla en Valencia, significa tuerto y ese tort me hizo pensar inmediatamente en Pito Vilanova. Yo había archivado el incidente del dedo como una agresión lamentable del primero, cuyo ojo salió de su cuenca para contactar con el dedo señalador, dedo sabio de indicador de lunas de Mourinho. Eso pensé: Vilanova se ha metido el ojo en el dedo de Mou para salir en la tele. No, la realidad no es esa, y el bautizo de este seminario del amor guardiolo lo ha demostrado: Mou, efectivamente, parece que intencionadamente metió su dedo en el ojo de Vilanova, con el propósito de dejar tuerto al Barcelonismo a través de Pitu, mártir córneo ya del culerismo. La Nueva Masía nace tuerta, pirata, entortecida por Mou, que le metió el dedo en el ojo al alma canterana culé, y los alevines que salgan, los juveniles feos con cara de Cesc (¡sólo una belleza ha dado esa cantera! ¡el inigualable jeffren!), esos medios que son como adivinadores del espacio, oteadores del hueco ¡Pinzones del pase imposible! ya no tendrán la visión panorámica, su inteligencia abierta, sino una panorámica pobre, de lateral y ya no tendrá continuidad la saga de medios y en su lugar Dios proveerá tristes carrileros. Su fútbol ya no será tan redondo y hermoso, sino un fútbol esforzado, de honestas líneas rectas, mucho más simplón. Ya no saldrán los Xavis videntes, sino Arbeloas que van haciendo sus jugadas modestas con un ojillo.

Mourinho, con su dedo en el ojo de rana de Vilanova, que se lo puso a huevo, la verdad, le ha quitado la claridad al fútbol basé culé y a partir de ahora sus alevines jugarán como juegan los de nuestro Madrid, con esa sensación de que alguien les está tapando un ojo. Sus niños crecerán entre aristas y metales, como doctorandos en ingenieria, pero su fútbol ya no será abierto, sino ese fútbol enconado que muere siempre en el centro del área, en la montonera y el colapso de los futbolistas tuertos.

Tort también significa torcido. Que como presagio tampoco es manco.
  

jueves, 20 de octubre de 2011

GADAFI Y EL CESE DE ETA



Hoy ha sido un día de preocupación social. Me he levantado muy tertuliano y todo en mí ha sido pensar en el bien común y al llegar a casa, tras un día incomunicado, me encuentro con que se ha meneado tanto la actualidad que se ha hecho historia. ETA lo dejan y matan a Gadaffi.
Gadaffi era mi dictador favorito. Alguna vez me he soñado diplomático corrupto en su jaima, fumando la pipa de kif y troceando algún territorio miserable, mientras tres esclavas con ombligos de ópalo se repartían mi miembro cansado. Creo que lo mejor que tenía ser presidente de un gobierno occidental era orientalizarse un poco en sus jaimas y que Gadaffi te regalara un caballo. Eso siempre lo consideré yo una cosilla venial, mientras que los expertos geoestratégicos y los pulquérrimos del estado de derecho se rasgaban las vestiduras con la pasión que exigiría Rafa, el de fama, a alguno de sus bailarines. Adoraba sus túnicas de pedrería y su cardado, o lo que fuese, entre Jacko y Luis Ortiz, porque el mandatario (mandatario será siempre para mí), era un poco así: extravagante y como sacado del thriller y a la vez una pizca marbellí. Gadaffi, con su mirada congelada de malo estudiado ¡cómo nos lo íbamos a tomar en serio! Sus últimos discursos en defensa de su régimen son ya inolvidables. Algunos de ellos me despertaron de madrugada, sonando en la radio como una incitación demoniaca, desquiciada y divísima a la resistencia. Sólo después, escuchando a Aída decir lo de alajaría, alajaría, he comprendido que no era para tanto.

El asesinato de Gadaffi ha sido un crimen cruel, bárbaro, que deslegitima cualquier cosa de los, así llamados, rebeldes. Las revoluciones son horribles sobre todo por los magnicidios. Magnicidio es una palabra que odio y un acto vil, injustificable. La imagen de Gadaffi, malo oficial del planeta a tiempo parcial, descompuesto, molido a golpes por ese populacho vengativo y abyecto me espanta. Parezco Sostres, creo.

Y anternativamente, aparece en internet una instantánea de tres encapuchados y el anuncio de un cese definitivo. Creo que es algo -cómo se dice ahora...- guionizado y que, en cierto modo, es un regalo envenenado para el próximo gobierno pues o bien negocia (dialoga), envenenando a su masa social, o bien se muestra rígido en algunas cosas que parecen -así lo creo yo- inasumibles, con el riesgo de ser considerado obstaculizador de la paz, que es lo contrario de mediador o facilitador de la paz, según la entiende parte de la población. El triunfo de ciertas tesis -mala palabra- próximas a ETA, o próximas al menos a la negociación, está ya conseguido desde el momento en que se ha aceptado mayoritariamente un cierto concepto de paz que es aberrante. La derrota ha sido anterior y filológica, semántica.

ETA ha envejecido mal. Veo la foto de hoy y sin entrar en mayor análisis o lectura, pienso que estoy ante un programa de humor de la ETB. Tres tipos que cuando los veía de niño en la misma mesa, con la misma capucha, me espantaban y que ahora me generan una instantánea sensación de hilaridad que luego se racionaliza en otra cosa. Pero he de ser sincero: la primera milésima de segundo de esa imagen produce en mí una viva sensación de incredulidad, de incredulidad humorística. La violencia facciosa, la capucha, el echarse al monte, el martirio, la patria, el terruño, la lucha de clases, el marxismo oscuro, puro, en ayunas, todo eso es más antiguo que el hilo negro. Es como ver las películas de Benito Perojo. Todo cambia y hasta a los fanáticos de ETA les entrarán ataques de melancolía: A este Estado que zarandea Standard and Poor's es al que tenemos que odiar fieramente, se preguntarán. ETA, como todos, vive en un mundo de incertidumbres y, dicho en otra jerga, ha de realizar beneficios antes de que su medio siglo de terror se diluya en un guirigay estautario, cuatro concejalías, leyendas rurales y un submundo de pésimo rock contracultural. La cuestión es: la concesión del más mínimo beneficio, ¿no es dar sentido a sus atrocidades? Quiero para ETA la derrota, el desastre y la melancolía. Que sientan, si no lo sienten ya, que de alguna forma han perdido sus vidas por completo. Vengativo seré.

miércoles, 19 de octubre de 2011

LA PAELLA VALENCIANA



Todo el mundo sabe que en Valencia se cocina muy bien el arroz y que la paella, plato conocido universalmente, tiene allí su origen, un origen algo controvertido. Los valencianos sienten (sentimos) la paella como eso que ahora se llama 'una seña de identidad'. La paella nos identifica, es identitaria pues, y sucede que muchos valencianos cuando salen por el mundo, se van de crucero o cogen el avión para ir a Estados Unidos, incurren en la debilidad de pedir una paella. El valenciano tiene un hijo becado en Holanda y se va a Holanda y sucumbe a la tentación de probar la paella que allí hace un emigrante gallego casado con una de Paramaribo. El gallego hace lo que buenamente puede y le va echando a la paella lo que la paella se deja echar y allí se encuentra uno conejo, mejillones, guisantitos... La paella es un plato agradecido, muy tolerante, pues lo tolera todo, lo aguanta todo, pero los valencianos no lo entienden así y el señor, entre orgulloso y molesto, protesta un poco y señalando el letrero que reza 'paella valenciana', dice: "Mira, xiquet, el arroz bueno está, pero no lo llames paella, porque paella no es". La paella es valenciana y en valencia lleva: aceite, pollo, conejo, "ferraura", "garrofó", tomate, agua, sal, azafrán y arroz. Menos no es paella, más es provocación.
Ésta ha sido siempre una batalla del valencianismo, que además de purificar la paella y preservarla, tenía que protegerla de los intentos de apropiación alicantinos, castellonenses e incluso (provocación intolerable, ultraje) catalanes. El corredor mediterráneo se obstruiría como si lo cruzara un rebaño de ovejas si no se solucionase esta espinosa cuestión. Por eso, quizás por eso, un cocinero se ha propuesto, como un entomólogo del arroz, determinar la exactitud de la paella valenciana y una vez catalogada y canonizada la paella autóctona, crear la Plataforma para la defensa de la Paella Valenciana. El paso siguiente ha sido recibir la Denominación de Origen Arroz de Valencia, que es una distinción oficial que expide la Conselleria de Agricultura del Gobierno valenciano. Hemos visto legislar sobre el hecho lingüístico, y ahora veremos que un decreto determina lo que es la paella y lo que cabe ser entendido como paella. Un decreto gastronómico, el primero de la historia de la humanidad. El objetivo es defender el plato genuino de los exotismos, defender a la paella de sus influencias mundiales.
Pero la realidad no es así, no es tan dócil al decreto, y en Valencia se ha levantado un revuelo creciente, porque en determinado pueblo de Castellón defienden que la paella toda la vida de dios se hizo con costillas de cerdo; En Sueca dicen que eso es barbarie, pero que bien cabría añadir unos pimientitos. A lo largo del mediterráneo, alcaldes indignados estudian mociones para que su paella local entre en la denominación oficial. ¿Qué sucede?  Que se ha despertado el localismo de la paella, que en cada pueblo de la comunidad se prepara una paella distinta y que todos reclaman el derecho a ser tan valencianos como los demás. ¿Va a ser la paella de Sueca menos valenciana que la de Alboraya? Y en Castellón y Alicante se ha vuelto a agitar el espantajo del centralismo paellero capitalino. La Televisión pública regional, que como servicio público se debe a estas polémicas, ha sacado las cámaras a las calles y los reporteros han descubierto algo que secretamente intuían los más escépticos: que no sólo varían las paellas según regiones y pueblos, no, ¡es que cada señora la hace distinta en su casa! Una señora afirmaba que el pimiento redonet, otra que el arroz bomba, otra que no, que fino. La paella es ahora mismo una cuestión candente, una herida abierta, y siendo 'seña de identidad', ¡estamos definiéndonos con ella! ¿Qué es paella? ¿qué no? ¿Cuál es la valenciana? ¿Hay una más valenciana que otra?

En éstas estamos, decretando el arroz, alejando la 'paella valenciana' de la posibilidad de su exotismo, mientras el mundo entero conoce de nosotros la alegre promiscuidad de ese plato que se deja hacer. Plato al que vamos a prohibir denominar 'paella valenciana' si no es riguroso y respetuoso con lo decretado, de modo que ya nadie nos pueda irritar cuando viajamos con ese guisantito insidioso, aunque sea a costa de quitar el adjetivo 'valenciana' de todos las cartas de restaurante del planeta.


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NOTA: Algunos generosísimos lectores -y me atrevo a decir que amigos- me han dedicado alguna palabra en comentarios durante el mes en que tengo este sitio abierto. He intentado contestar, pero ya me siento fuerte para reconocer que he sido incapaz de hacerlo. No he podido, siendo dueño del blog, inscribir mis contestaciones en el muro de comentarios. No es coquetería de inadaptado tecnológico, es sencillamente que no sé. Os agradezco muchísimo que hayáis perdido un minuto en leerme y en hacérmelo saber. Os estoy agradecido. Un abrazo.

martes, 18 de octubre de 2011

  EL REGRESO DE LOS STONE ROSES


Suena el teléfono. Un amigo dubitativo, incapaz de decidir con qué modelo masturbarse, me toma de rehén telefónico para su necesidad de terapia y la tarde se va. Es un clásico de los treinta, pero no fue siempre así. Hubo una época en que caminábamos por los suburbios alineados como en los video clips, como un grupo salvaje camino del bar, vestidos como putos de woodstock y arrastrando la pata de elefante del vaquero por los charcos, para que luego nuestras madres tuvieran que lavarlas a mano. Hubo un tiempo en que las guitarras empezaban a volar y los chavales dejamos de mover estáticos la cabeza y de rascarnos la barriga con la mano que dejaba libre la cerveza, como con una púa cansina. Fue entonces cuando aprendimos a bailar, cuando nos liberamos de la gran férula plasta del pop académico, del atorrante rock y del mariconeo desatado del disco dance, que se bailaba en mallas. Brazos sueltos, cabeza arriba, nonchalance de zombie, ir cazando moscas, espasmos y mirada perdida: nuestro koduro. Como si fuésemos de algo, como los niños cuando juegan a ir borrachos. Las drogas antes de las drogas, que estaban ya en las bases con una machacona coherencia, como una invitación en la palpitación de la pista de baile, que es el mercado de los adolescentes, donde cotizan. Bailar y cantar, bailar un estribillo, estirarlo, esa fue la gran liberación que hizo de los ochenta la década subversiva que aún no se ha entendido. Era Madchester y lo vivimos como una pequeña sucursal. Rodeados de drogatas maquinales, en la prehistoria mascachapas, las pastillas rulaban por decenas en Valencia y los niños llevaban pegatinas de smilye en las carpetas. El smiley fue la mueca sonriente de la década.

En esa época sin internet, ser mancuniano en provincias era todo un reto y éramos itgirls sin saberlo, anglófilos de barrio, mods sin etiqueta. Lo mejor de mi generación guarda su adolescencia en los surcos del primer disco de los Stone Roses. Algunos no hemos podido volver a cantarlo, porque de la nostalgia podría entrarnos una hemiplejia o porque, sencillamente, no nos acordamos.

Los cuatro de Manchester van a  volver: Ian, John, Mani y Reni. John era artístico, ambiguo, casi londinense, con el pelo más deseado de la historia del pop, en la edad en que eras tu flequillo. Era una figura venerada y misteriosa. The coolest guy on earth. Imitaba a Pollock y tocaba una guitarra ácida que llevó a Marr, al Johnny Marr desatado de sus conciertos más libres, con sus riffs jazzísticos, a la pista de baile. Ian inauguró la simiesca chulería de Liam y fue el frontman que se contagiaba del espasmo de Bez –muévete, en el ácido, como si tocaras un timbal-. Liam es Ian sin Bez, sin el saltarín bufón de los Happy Mondays. Mani es miembro honorario del club Moudelberg y Reni, con su gorro de pescador, era el desventurado batería, el más débil de todos, mi favorito. Con Reni descubrí los complementos y luego entendí todos los chistes de baterías.

Estribillos en ácido, dulzura de predestinados. Las canciones exactas con un sonido único que venía de un vacío. Alrededor de ellos hay un misterio, un silencio que rodea su sonido y algo triste. ¿De qué fondo viene I wanna be adored, con su crescendo obsesivo y su sequedad 70’s? ¿En qué garage mojaron estos tipos sus poemas del orgullo adolescente en la marmita psicodélica? El pop es la poesía moderna y los adolescentes tienen la frase perfecta de Rimbaud. La efímera gracia que se pierde pronto, luego hacen discos de estudio o proyectos conceptuales, pero la magia se ha ido. Lo que tiene que decir el joven terrible lo dice el pop y los roses, hagan lo que hagan, ya no pueden decepcionarnos más que con su segundo disco.



Su regreso sólo sería superado como noticia si regresaran los Smiths o Verano Azul. Los grandes grupos son como los matrimonios y al final se rompen. El cantante riñe con el guitarrista por un quítame allá esa groupie y acaban repartiéndose los derechos y compartiendo la custodia del bajo y del batería, que como hijos de separados se meten de todo para superar el trauma.

Los grupos son así, y luego, cuando la pasta escasea, regresan como Micky, Karina y Tony Ronald. Suele ser un retorno patético, lastimoso. John Squire va a parecer el alto de los morancos con peluca, pero el resto tiene algo a favor: pueden hacer de si mismos en su biopic porque llevan en la jeta lo vivido, como en los boleros, aunque Ian brown asegure no haber probado el crack y culpe a sus pómulos de los rumores sobre su drogadicción –los chinos tienen pómulos y no todas fuman opio, pienso, pero como excusa es cojonuda: “No, es que, verás, son los pomulazos que dan como impresión de mala vida”-. Siempre se piensa en estos casos en lo desagradable que será ver a los ídolos encanecidos, pero ¿qué pensarán ellos de sus fans cuando nos vean desde arriba? Treintañeros reincidentes, tan lejos del ácido ya y tan cerca de la acidez de estómago.

La última explotación del capitalismo es la de la memoria y no la protestan los de la indignación. Quien tiene una nostalgia tiene un capital. Ian Brow -Lázaro on rehab- nos cantará I am the Resurrection en el enésimo FIB y verdaderamente será estremecedor.

lunes, 17 de octubre de 2011


LA CONFERENCIA DE PAZZZZZZ

Al escuchar que se preparaba una Conferencia de Paz en el País Vasco para la cosa del fin dialogado del conflicto quien más quien menos se ha acordado de lo de D’Ors, lo de que en Madrid la conferencia la dabas o te la daban. Aquí, obviamente, nos la han dado. Esto ha sido una conferencia latosa que a media tarde le ha caído al español peatonal. Porque aunque había una pomposidad y una multilateralidad como de Conferencia de Yalta y estaba en juego algo tan postbélico como la paz –lo postbélico por definición-, esto ha sido un hablar desde la tarima profesoral. La conferencia ha sido la del escritor que sin venir mucho a cuento le endilga la lectura de sus versillos al incauto provinciano en el Centro Cultural de la Caja de Ahorros. Toda Conferencia a media tarde es un abuso, una extorsión y un sinsentido y cabe imaginarse a estos conferenciantes como a Trapiello, pensando del conferenciado –el español-: valiente gilipollas y aún querrá que le firme el libro…

Para empezar, por tanto, nos han conferenciado y además lo han hecho de ese modo abstruso al que ya nos hemos acostumbrado. Conferencia perifástrica, conferencia del tabú, como esos juegos en los que hay que definir las cosas rondándolas sin pronunciar la palabra prohibida ¡Pido la paz y el eufemismo! Diría el bardo, si no estuviese amordazado. Era una conferencia para preparar la paz, pero sin Stalin y sin Churchills, sino con unos señores raros, con una foto extraña en la que faltaban Bono, Platini y una madre de mayo. Parecía un simposio de química con profesores eméritos, salvo por los rostros populares, casi cinematográficos, de Annan y Adams. Una Internacional del cintureo, una élite de la mediación, pero todos ex. Kofi Annan suena a ONU, recuerda a legalidad internacional, pero como hubiera tenido empaque mandelístico Morgan Freeman. Un viejo festival con antiguas celebridades del apatriotismo, con señores raros de la internacionalidad o del sinestatalismo, que son como señores sin padre, señores sin hogar y sin seriedad, que hubieran nacido todos en aviones.

Si no fuera porque a esa conferencia han asistido algunos partidos que no debieran haberlo hecho, el acto sería perfectamente soslayable. A veces uno se sienta a comer en una terraza y le llega un grupo de violinistas a tocar música zíngara que no pega nada y entonces hay dos formas de actuar: ignorarles o no. Si uno hace ademán de darse por enterado o reconoce el hecho violinístico desplegado a su alrededor, ya debe por fuerza de soltar los euros. Es complicado, lo sé, le ponen a uno el violín en la oreja, se retuerce el violinista, gimen los instrumentos, miran escandalizados los transeúntes exigiendo el pago con la mirada, pero hay que resistir a la extorsión con la imperturbabilidad. Estos señores que han conferenciado han dicho unas cosas rarísimas, extrañas, rocambolescas, inasumibles, dedicadas a España y Francia, nada menos, y hay que tomarlos como al loco que clama. Respeto, silencio, quizás un carraspeo. No nos pueden indignar estos señores, aunque quizás sí algunos de los ‘conferenciados’, los listos del pueblo que han llamado a estas viejas reinonas rompepatrias para cargarse de funestas razones. No sé, este gobierno parece el gobierno republicano dejando Barcelona.

Es reprochable que los políticos constitucionalistas, los españolistas, no hayan desarrollado actitudes más firmes ante el escolasticismo y la retórica plastificada del rupturismo, ante ese trabalenguas del terror. Si cada debate en las cámaras representativas hubiera acabado en un primer cortocircuito comunicativo, con políticos de uno y otro bando agarrados a diccionarios buscando la exacta definición de la palabra conflicto. Si cada debate parlamentario hubiese acabado en dos lenguajes inenteligibles, absurdos, diferentes, en un deliberado galimatías. Si cada vez que la palabra paz hubiera sido mal utilziada se hubiera llevado una paloma herida al hemiciclo, esto no hubiera pasado.



En esa paz que quieren no podrán echar palomas, tendrán que echar a volar, qué sé yo, estorninos y en la calle no habrá una alegría, sino una guerra fría. Sí, en eso sí ha sido una pequeña conferencia de yalta, con la legitimidad de una timba de póquer.

Yo, español entero, no me he dejado conferenciar y me he ído al súper. Nunca estuve en guerra, pero sé lo que es el estallido de la paz porque lo vi en el cine: es esa epifanía del cielo y el aire claro que sorprende al Coronel Blimp en lo alto de un cerro solitario al acabar la Primera Guerra Mundial. Sabía de esa claridad, sabía del coro de ángeles, y no esperaba escucharlo esta tarde.

domingo, 16 de octubre de 2011

TELE: UN RATITO DE LA NORIA


Mi extraordinaria sensibilidad política ha somatizado el 15O. Estoy febril, dolorido y débil como el niño de vick vaporub. Ando tentado de tuitear mi tormento, pero he de viajar durante el día y no tengo iphone.
A falta de leer la prensa -la traerá un heraldo rubio en breve-, empiezo a estar en desacuerdo con la simpleza del término 'perroflauta' con la que el derechismo despacha la cuestión. Ayer había mucha gente en muchos sitios y ya no es folclore de neojipis, ni cónclave de rastas, ni fauna contracultural de los tito puentes de la greña. Ayer había peña, mazo de peña, en labios de un epectador objetivo, y mirando la cuestión con la lucidez con la que la ha mirado Guillermo Ortiz, el Partido Popular no debería obviar esta fuerza social por ser pintoresca y extraparlamentaria. Desde luego, la agenda política la debe dictar el Parlamento, la representación popular legalmente constituida, no la soflama populista de la calle, pero cabe considerarla ya como una fuerza política, social, transversal, viva, lo que en términos tertulianos se podría denominar 'vector políticamente significativo'. Así lo llamaría Amando de Miguel, mi ejemplo para tantas cosas.

¡Traen la prensa ya! Cae en mis manos un magazine, como las migajas del botín periodístico. Ella los periódicos, yo los magazines, escritos para el dominguero gilipollas español de tipo medio. O sea, yo. El de EM tiene en portada a Hidalgo, el de los viajes Halcón, que va en tejanos y pone mirada de intensidad seductora. ¿Miro yo así? ¿He mirado yo así alguna vez a una mujer? Qué repugnancia y qué catarsis de pudor. Es descrito el pavo como hombre de pupila traviesa. Como no puede ser, como no puedo seguir, empiezo por el final, y encuentro a Ramoncín, en eterna promoción del mismo disco. ¿Qué single promociona Ramoncín? ¿Qué vinilo setentero de qué rastro ignominioso hace promoción?

Anoche estuve viendo La Noria y lo recuerdo con agrado, con esa satisfacción que deja la buena tele. La entrevistada era María Patiño, a la que seduce Telecinco. Es como si el Barcelona fichase a Cristiano Ronaldo. La Patiño es una periodista de raza, con nervio para otras empresas, pero que por cosas de la vida se ha especializado en el brillante colorín. Perodista titulada, se marchó de becaria a Marbella, donde compartia piso con Jorgeja, en amistad freelancer. Es conocida por su vehemencia congestiva y su vitalidad. Sarah Jessica Parker diminuta, dibuja el comentario y la noticia con sus palabras, su mirada y las manos, prodigio mímico. Me dí cuenta anoche de que llevaba bótox y ella lo confesó. Mis meses de telespectador me han dejado esa habilidad: la detección del bótox.


Para entrevistar a la Patiño estaban Chelo Gª Cortés, con ese aire a Richard Harris que tiene a veces, Kiko Matamoros, que hizo de picador, como de costumbre, y la Lozano, que siempre va y vuelve de la deontología, como de un amor reñido.

Yo envidio y dmiro a la Patiño. Si yo pudiese elegir, sería cronista rosa. Hermoso, como un Marcello Mastroianni, glosaría el cocktail, el romance y el alba marbellí.

Vi que Kiko Rivera tenía más mirada de toro que de torero y dormí, incubando en mi organismo el dolor de todas las manis del mundo.

sábado, 15 de octubre de 2011

GALLARDÓN



"A ti te haré ministro", le ha dicho Rajoy a un niño, degradando aún más la condición ministerial. Ese bebé manchego, al que llevaron al mitin como quien lleva el niño a que se lo bendiga el santo, ya tiene la biografía marcada y puede sentirse ungido. Ese niño puede ser un Gallardón, un predestinado al marmolillo de la historia. El Alcalde, que apunta a ministro, ha dicho que milita en el partido popular desde antes de tener uso de razón, subrayando su derechismo zoológico, y dejará Madrid, que en otra rebeldía no se ha dejado proyectar del todo por este pelma del olimpismo. Otra de las resistencias de Madrid: el Alcalde Ruiz-Gallardón, que no se aguantaba las ganas de ser estatua. No conozco a un derechista que no deteste a Gallardón y a ningún socialista que le votara jamás. ¿Qué tiene pues Ruiz-Gallardón? La retórica amable y la sintaxis del centro. Babyface repelente que no enseña su foto de colegial porque no le hace falta, sabelotodo del 'saber y ganar' de la política, su trayectoria es la parábola silenciosa de un proyectil ambicioso y su biografía un lento vals con el poder, un merodeo folletinesco y púrpura. Tan inexplicable es que parece el Lady Gaga de la derecha, puro instinto y voluntad de poder, determinado a llegar como una ambición rubia. Si el poder es un porro que va rulando, el gran acaparador de caladas, Rubalcaba, le deja el sitio a este otro político químico, y las cejas de ZP a sus cejas de lechuzo por las que envejece Gallardón, como Aznar envejece por su bigote.
Su alianza con Rajoy, su espera callada, larga como el asedio de Cádiz, parece también la maduración de la derecha posible, de la derecha asumible. Estos dos políticos parecen el resultado de una negociacion entre España y su derecha y la impaciencia les asoma un poco en la caricatura: la mandibula rumiante de Rajoy; el ceño nublado y el rictus algo amargo de Gallardón, como un leve asomo de crueldad.
El centro es el oportunismo de la derecha y probada cintura tiene, probada capacidad de negociación presenta, el que antes de nada ha negociado con el tiempo.

viernes, 14 de octubre de 2011

EL HUEVO


Hoy es el día mundial del huevo. El calendario de días mundiales parece un santoral alternativo pensado para que los periodistas tengan de qué hablar.
Toda la reflexión posible sobre el huevo la hicieron los griegos, luego se hizo gastronomía, porque pensar el huevo, como en la fábula de Iriarte, nos lleva a la cuestión de la gallina.
Hay huevo porque hay gallina. Y viceversa, y llegados ahí el pensamiento humano demuestra su flaqueza.
A los ovíparos y sus huevo se les tiene un poco de respeto, porque parecen la forma primera de reproducción, los mamíferos miramos con horror los huevos, que son el intermedio enigmático entre la madre y la cría. Una forma primitiva de concepción. Todo huevo en el campo, de niños, nos parecía un milagro perteneciente a Dios y era pecado tocarlo. Todo huevo es un huevo de dinosaurio, de cuando el mundo era ya sin estar nosotros. Todo huevo nos preexiste.

Pero en España el huevo es fundamentalmente gastronómico. No lo damos en Pascua, ni lo pintamos -qué horror de niño cuando me invitaron a pasar el pincel por la cáscara-, ni nuestras reinas han tenido la suntuosidad del huevo enjoyado de las zarinas. No hay humpty dumpty en nuestro humor. Para nosotros pensar en el huevo ha sido pensar en la gallina. Hay culturas más mamíferas que otras y nosotros no nos hemos parado demasiado a observar la esferidad del huevo y a escuchar su silencio cósmico. En España la cuestión del huevo ha remitido siempre a la gallina y el huevo muy rápidamente se ha llevado a la sartén, como en la vieja velazqueña.

Sender pensó la metamorfosis de la mujer en gallina. El absurdo kafkiano y judío en España tiene por protagonista a la gallina, porque sabemos demasiado bien lo que de gallinácea tiene la vida del hombre: el vuelo bajo, la sociedad del corral, la hegemonía bronca del gallo, el alba rota, y la obligación del huevo, ese huevo que mientras lo pongamos es garantía de supervivencia. La metamorfosis del horror absurdo en España es la de la gallina y a la mujer madura se le estima por su caldo gallináceo. España es el barroquismo de la gallina.

El carácter del hombre es gallináceo, por mucho que se afecte el halcon. Ni se es gavilán ni se es paloma, se es gallina, porque estamos obligados a poner el huevo diario.
La puesta del huevo, con su incubación, es una de las crueldades más cómicas de la naturaleza y la deposición del huevo es siempre un esfuerzo y un vejatorio agachamiento.
No nos engañemos con las estampas neoclásicas del pensador de Rodin, qe tratan de estilizar al hombre falsamente. ¡Pensar es poner el huevo! ¡Es agacharse y no tocarse la sien como un atleta!
Pero el huevo tiene su profundidad si lo separamos de la gallina. El huevo es la metáfora del origen del mundo, el primer big bang. Los griegos hicieron nacer a Eros de un huevo, para que luego él, desencadenado, moviera los elementos. Eros naciendo del huevo, como un stripper de una tarta. Hasta que la explicación del mundo se sofisticó, el huevo fue la primera causa, y antes del huevo había una forma de oscuridad impensable. Aún hoy, ¿qué hay antes del huevo? ¿En qué hemos avanzado? El huevo es lo primero antes de lo impensable. Cosmogonía primera. Unidad filosófica básica. El pensamiento es como ese soltero que llega a casa y se encuentra el triste argumento del huevo en la nevera.
De no haber sido Hamlet un joven traumatizado, Shakespeare le hubiera puesto un huevo en la mano, en lugar de su calavera.

Mi abuelo vivió su vida entera comiendo un huevo frito cada noche. El huevo, solar, con su rotundo simbolismo que los cocineros debieran respetar -la cocina elaborada respeta el huevo frito como una forma sacra, por lo que tiene de antropología y de genialidad-, ofrecía su yema originaria, sobre la que el mendrugo de pan caía como un estoque. Cada ruptura de la yema, del sol perfecto del huevo aureolado, era un mojar el pincel en la tinta primera, en la paleta primigenia. Cada ruptura de la yema, a la hora de la cena, era un crepúsculo que divertido reproducía mi abuelo.  



jueves, 13 de octubre de 2011

TELE: UNA GALA DE ACORRALADOS




Leo los tuits de Dinio, al que el sopor me hace confundir con Dioni, y compruebo que tenemos el mismo ocio: comentar la noche televisiva con twitter abierto. Esto es profundizar en la contemporaneidad, algo que no comprenderá el público selecto que no desciende a la telerealidad.
EL éxito de Acorralados (¡somos muchos!)ha prolongado la vida del pograma cuatro semanas más. Un mes de prime time es una eternidad. Los pogramas tienen la vida de una mariposa, así de bellos y efímeros son.

Como hay que llenar cuatro semanas de vida palpitante, entran cuatro nuevos concursantes, cuatro, que vivirán experiencias de privación, humillación y explotación sentimental; a saber:

Escassi: un sex symbol patrio. Un Cayetano en guapo, con la ventaja comparativa de tener hoyito. El Bertín Osborne de estos tiempos.

La novia del ex de falete, una miss malagueña. Andalucía se ha especializado en la producción en serie de material televisivo de combustión rápida. Esta muchacha, morena y hermosa, compartió hombre con Falete y en cierto modo eso la convierte en la antagonista puta de todas sus canciones.

Entra también Liberto, con una indescriptible corbata de raso. Es un marichalarín de baratillo, con un curriculo más falso que el de un ministro sociata. Liberto ha sido Jefe de la Casa de Don Leandro, que es un hombre que está entre la zarzuela y la monarquía y eso es envidiable. Haberse inventado una corte, con su fantasia y sus oropeles, sus bufones, sus boatos, sus servidumbres impuestas del modo delicioso en que se etablecen las perversiones. ¡Si pudiéramos vivir todos ilusoriamente como él en una corte de Luis XIV!

Además, y como no podía ser de otra manera viendo el desarrollo lésbico del pograma, entra la Bollo. En eso tambén hay una estrategia televisiva. En Supervivientes entró una colaboradora de Sálvame, y eso galavanizó un poco la programación. Estas cosas dan coherencia a la cadena. Ahora es la Bollo, que podrá explotar su sensualidad gitana, dura y milf en un entorno astur, poco propicio. La defenderá Luis Rollán, o mejor, la camisa que posea a Luis Rollán en cada gala.

El resumen de la semana lo ha protagonizado Brenda. Acorralados se ha acercado en algún momento a pogramas como El campamento o Supernanny por el carácter conflictivo de Brenda, que parece que ha llegao a Telecinco recién escapada de un reformatorio.


Jorgeja ha llamado la atención a los concursantes por el uso excesivo de la palabra 'coño' (y chumino, potorro, pepe...). Blanca le ha respondido que bueno, que esa palabra no deja de ser algo que les gusta a todos. Y es verdad, ya se dijo aquí que este pograma era de gineceo, coñístico. No sólo el amor sáfico y tijeril, sino el dominio femenino, el protagonismo absoluto de lo femenino. Eso sí, España, como patria de libertad, debe pararse a pensar y debe hacerlo también El Colectivo, en que la visibiizacion definitiva del hecho lésbico se haya producido aquí con esa historia entre Nagore y Sofi, mi sofi, de quien David, gancho de myhyv, ha dicho que es Dj de musica de coches de choque. Se puede ser lesbiana, pero esa pareja es que es un coñazo. A Sofi sólo le falta presentar a Nagore con la formula 'mi señora'. Esta gente gay liberada es una gente fanática de la pareja y del matrimonio. Van a ser los fundamentalistas del sacramento en el futuro. El caso es que ya queda para la historia que la visibilidad bollo se consiguió en el pajar de Acorralados.

Lo curioso es que toda la tolerancia para el hecho homosexual, tan justa y bien ganada, parece haberse obtenido a costa de perder la tolerancia con la mujer borbónica y gorda. A Blanca le han dicho lo siguiente durante la semana: "Borbón, me toco un cojón", "vergüenza de España", "pedorra" y "gorda, tragona, buche almacenero". Esta mujer ha vivido en el territorio de la vejación, pero eso no hiere la sensibilidad colectiva de nadie, porque gordas borbónicas pocas debe de haber. 

Está también el protagonismo de Mª Ángeles, mamá de Aida -a la que ya sólo quiero escuchar pronunciando alajaria, alajaría-, que se está destapando como un ser bastante intratable. Aparece vestida de cop, luego acaba en albornoz. Sentada junto al Dioni parecen dos sarracenos.

El Dioni dice tacos como muy poca gente en el star system español. El cine recurrirá a él porque en el cine español nadie sabe decir 'mecago en la puta', o 'no me toques los cojones' como es debido. Nuestro cine es una desgracia porque no saben blasfemar, son demasiado pijos.

Dioni es el hombre del fuego y se sienta como un yogui, con unos gayumbos rojos. Dioni se lleva bien con la madre de Aída y eso sirve de excusa a la dirección para pinchar el ¡y a volar! de África Martínez, que suena en cuanto dos concurantes con posibilidades eróticas se tratan con respeto.

Mientras escribo estas líneas se le ha visto -qué si no- el potorro a la madre de Aízar. Lo que, ya de paso, no le hace ningún favor a mi libido.

Reche y su amigo, el que parece primo de Feliciano, siguen juntos. La siamesez avanza y al saludar a Jorgeja cada uno de ellos mueve una mano, de modo que parecen un solo ser sonriente y cachas con dos manos y dos cabezas.

La gala avanza, pero yo flaqueo. Imagino que Dinio también. El programa de hoy ha generado un valor añadido a la cadena: el descapullamiento sentimental de Antonio David. Hoy ha sido la víctima de Jorgeja. Jorgeja destruye enterezas heteras, es lo que mejor hace y David, antes Antonio David, ha llorado como un ser roto por el cumpleaños de su niña, ganando para si el apelativo de padrazo, que para él es como un traje nuevo, un nuevo rol que le obligará ya en todos los platós.


UN MOURINHISMO


13 de octubre. Noel Gallagher toca en Madrid y en una entrevista reconoce amar a Mourinho, al que quiere besar. Yo también quiero besar a Mou. El 13 d octubre Mou se ha madferizado. Mad fer it, mad about the boy. Salimos los mourinhistas a la calle con el donaire chulángano de Richard Ashcroft, el que mentía con el drugs don't work. Yo he gritado a la cara de Liam fuck you, moutherfucker, y le ha gustado. La cofradía del cinismo, la bravura inofensiva de la barra, desde los tiempos en que salir era alcohol y cigarrillos. Reyes del estilo, pasotas modernos. Estas palabras alejan a Mou del United, pero lo hacen mancuniano. Falta que Morrissey se deje deletrear Mourrissey, pero Moz es demasiado ambiguo.
Todo el mundo se queda embarazado y a mí, cumplidos los treinta, me preguntan. Yo me encojo de hombros y no me atrevo a remitirles a Johnny Depp cantando el fade Away con Noel, que es exactamente lo que pienso de la cuestión de la paternidad.
Depp, que ayer daba tumbos, Mou, Noel, Weller. Cofradía fraterna, reyes del cool, el ratpack contemporáneo, otro swinging London que queremos para el Madrid y nuestras borracheras.
A partir de hoy, celebraré el 13 de octubre como el día de la entronización musical y cool de Mou. Mi San Patricio, mi Mousday. El día en que Noel prometió besar a Mou, bajo la inquietante mirada de Ozil.
LA CABRA LEGIONARIA



El Rey, cansado, con esa expresión que se le está poniendo de Walter Matthau cuando se le ve cerca de los periodistas, sólo se levantó ayer en el Desfile ante el paso de la Legión. Los legionarios, con su caminar acelerado, son los marchistas del ejército y su trote cardiosaludable emociona más que nada. 
La cabra pasó y el rey se puso de pie ante ella. Si la Legión, el cristo de los legionarios y esta cabra alegre de la expiación española han sobrevivido a Zapatero, entonces les queda por delante la eternidad y quizás el Rey, al saludarla, estaba celebrándolo y reconociendo su dignidad de simbolo. Porque bien mirado, no desfila la cabra, desfilan ante ella los jueces, los periodistas, los políticos, los ministros hinchados, enteros regímenes y el rey, con su saludo, la ha tratado de símbolo y permanencia, porque es ella la que está, la que sigue viniendo cada año. La cabra es una continuidad y su balido cahondo es un sic transit gloria mundi que oyen los ministros decaidos -¡cuánto habrá echado de menos a la cabra Pepe Blanco!-
Tras el desfile, en el mentidero, los candidatos hablaban de futbol y los militares, entrevistados por los periodistas, cómo no, hablaban también de fútbol, admitiendo comparaciones con La roja. 'Ambos representamos a España', decía un capitán, a punto del bueno-sí-no rauliano, de modo que resulta natural que la roja haya asumido todo el lenguaje belicista que resulta inapropiado en el ejército. Para el fútbol, los disparos, ataques, defensas, artilleros, ofensivas; para el ejército, la acción humnitaria, la seguridad y el accidente.   
La Duquesa de Alba ha señalado hace poco la importancia del rey como garantía en el mandato de Zapatero y el Rey ha saludado a la cabra. Odalisca velazqueña, monarca borbón, y mascota escatológica y alegre del ejército, supervivencia de símbolos en el momento de la finitud. O de la finiquitud, que ha dicho Fidalgo, que es conciencia de fin, pero también, me temo, conciencia de finiquito: el frío apretón de manos que inevitablemente recibe el español. Su saldo de los días.

lunes, 10 de octubre de 2011

DURAN



Según el AS, España ya no necesita el Real Madrid. Ni la Virgen María, ni los toros, ni las Diputaciones, ni las columnas sonoras. Con lo que España va dejando de necesitar podríamos construir un parque de atracciones como en aquella novela inglesa y allí pasariamos los domingos. Su construcción debería ser valenciana, para remediar la fallida Tierra Mítica, que fue un Macondo nuestro, como macondo fue la polis del pocero. Unos territorios de la imaginación que han quedado en imperio fallido donde no sale el sol, donde nunca amanece porque son urbanizaciones desérticas en que los edificios gritan, con la elocuencia de la arquitectura cuando es de noche.
A España le sobra el Madrid. Qué régimen seguirá España y hacia qué delgadez de modelo etérea querrá llegar. Le va sobrando el Madrid y tiene a Duran i Lleida por político más valorado, MVP del parlamento. Durán (ay, Duran Duran...), con sus copulativas, que en Madrid solo usan los pijos de los grandes linajes -porque no casan apellidos, sino patrimonios-; Duran, con esas gafas rojas de modelo de Chin chin Afflelou, que le roban el esteticismo a Luis Antonio de Villena. En plan barcelonés ordenado, rey del minimal, como queriendo engañarnos dándoselas de finlandés. Duran, Duran, experto avizorador, siempre allí donde pendulan las mayorías, como si la política fuera el arte ciego de la piñata. Este Duran que piensa que la financiación autonomica es un dame pan y dime tonto ha dicho que cómo puede ser que los extremeños se gasten el PER en el bar y verdaderamente sólo se ha escandalizado algún alcalde pedáneo y Carlos Dávila, y ésto es un gran fracaso del sr. Duran. Necesitamos un nuevo nacionalismo, un nacionalismo de tópico renovado, de cliché supermoderno. ¡Dónde están los novísimos del nacionalismo! Quizás en el antimourinhismo, reclamando para si ya no la laboriosidad, sino la pura bondad. Ese es el futuro, señor Duran, sus gafas rojas nos gustan, pero no remueve nuestras visceras, no nos hace usted llamar a las radios, ni escribir cartas infantiles a los periódicos. Necesitamos un nuevo nacionalismo que nos vuelva a indignar. A este señor Duran le tenemos muy visto y nos cae demasiado bien. Viajante en el Palace, otro señor solitario en el eterno Palace.
EL TWITOFF DE GISTAU



Se va Gistau de twitter a hacer lo que deberiamos hacer todos: escribir o protagonizar decididamente la novela de nuestras vidas. Vivir es, primero, escoger un genero, después es convertirse en estilista hasta acabar temblando como tiembla Japón. El país que creció más que nadie y pasó ya por la desconcertante estanflación, que es la verdadera depresión, cuando un país no quiere levantarse de la cama y los economistas encogen sus hombros pensando en el electroshock. Ahora tiembla, tiembla todo el rato como si temiese el definitivo Godzilla. Si lees periódicos acabas hablando de Japón, que ya ves tú.

Los columnistas son la tristeza de los periódicos. Son como el afilador, un oficio antiguo y castizo que le da a la calle un tono de blues o una musica de organillo delirante, según los días.

La actualidad es la definitiva compañia de los solitarios y es la manifestación femenina del país. Por eso los mejores articulistas mencionan siempre a España. La columna es el diálogo del yo con esa actualidad. Su romance, su poquito de eternización. Actualidad y yo. Y la actualidad es la última respiración de la historia, su aliento. Quizás por eso Gistau la ha acabado leyendo.

Se ha embarcado Gistau -Gistaud, caballeroso y francés ya desde ahora- en el pequod, a perseguir su obsesionante forma y algo que ya no es la historia. No se si notará el aliento de sus lectores seguros, pero ojalá. 



domingo, 9 de octubre de 2011

EL ANÁLISIS DE LOMBAO



LLega Arnold Schwarzenegger a Madrid, a presentar un sarao de cachimanes. Los modernos narcisos se miran en los espejos de todos los barrios por verse ese musculo que servía para entrar en los poemas de Gil de Biedma. Muscularse es un lirismo. Arnold, que ha presidido California, que es la región que quisieron ser Cataluña primero y Valencia después, ha sido el Pelé de los ciclaos y un Reagan sin sonrisa. LLega a España y le llevan al Marca a que lo asuste García Caridad con su cara de Moe de los simpsons. La marca es el ministerio del deporte en España y te llevan alli y te homologan. Mazarse ya es deporte, por fin. Lombao, el hombre que hizo de la madurez de Aznar un west point, predica la práctica de las pesas como una forma digna de envejecer y ha dicho que los gobernantes o entrenan o se dopan y algo debe de haber que explique tantos desvarios. La realidad es que desde Kennedy, que tenía la líbido de Sánchez Dragó e iba empastillado como Michael Jackson, los presidentes tienen que aparentar vigor. El jogging es una foto más del politico y no hay gobernante internacional que no corra. El declive de Zp se aceleró cuando salió a correr y descubrimos que era cartilaginoso. Cameron corre, Sarko corre, Obama corre y Aznar es el Duque para las machuchas de Georgetown. Estar en forma es como el atlantismo, lo que un político necesita para ser líder mundial. Por eso, Lombao recomienda a Rajoy "algo más que lo de andar con el perro por la mañana, porque eso no sirve para nada, porque le gusta el ciclismo, sí, pero yo creo que si lo practica se cae de la bici". Mucho se ha dicho sobre el temperamento de Rajoy, pero nada como estas palabras del personal trainer de nuestra derecha. El poder ha sido siempre un ave mitológica que conquistaban héroes, ahora es como un tío encamado que se tiene en el pueblo al que va a heredar un señor con sedentarismo.

sábado, 8 de octubre de 2011

PADILLA



España no necesita la verdad del toreo, pero necesita el mondongo del toreo. La pornografía del toreo. Cualquier dia sacarán un póster con la cogida, el desplegable de la carnicería porque el pitón es el ídolo del pueblo, de los fans del tour del toro ratón, georgie dann del verano. En España no gustan los toros, gustan los pitones. El pitoneo antropológico. En verano lo encienden, lo chupetean, lo embolan, lo enchirimbolan y lo adoran como al falo o al cuerno de la abundancia y se juega con él en las fiestas patronales del otro carnaval, como con los cuernos endemoniados del mal fario. Además, hay un conjunto picassiano en las cogidas que gusta mucho al público cartelero y a los cerriles finos del censo. La conjunción de drama, la bestialidad, el ay helado y unánime y una victoria falsa de la bestia que otros parecen tener por única justificación de la Fiesta. En España priva el calaverismo y por eso gustan también las cogidas: porque se entrevee la calavera del torero. Gracias a Ruiz Quintano y a las opiniones de un amigo séneca que tengo, empecé a apartarme del faquirismo y del postureo, del cadereo quieto, del toreo escatológico y a mirar a otro tipo de toreros de porte tremebundo. Padilla, a quien Dios guarde mucho tiempo, me impresionó ya por sus patillas -dos patillas como dos guantazos-, patillas de goyesco ejerciente todo el año, y por su corporeidad entera para torear las bestias menos lucidoras. No sé qué mueve el mundo, si la razón incorpórea o la herida de la carne, pero creo que este hombre temperamental ofrece una tentativa de respuesta. 

Mientras los hombres en la plaza gritan y se agarran a sus mujeres, los toreros salen de la cornada con esas frases que son las frases mejores del diálogo eterno de España: 'No veo. Mis hijos'. La sabiduría proverbial de los toreros les viene del encontronazo con la muerte, del que salen andando a una realidad mayor con la frase exacta de compostura que les coloca en el mundo. Será cuestión de forma, sí, pero también de gesto; que el gesto encierra un carácter que la postura intenta. 

viernes, 7 de octubre de 2011

BERLUSCONIANA


Berlusconi ha vuelto a llevar la tía buena al centro del ring político. Un Partido ya no será de Progreso, de la Libertad, o de la Democracia, será el Partido de la Tía Buena. Destruido el estado de bienestar y el sueño de la renta per se, qué aspiración más humana y general queda que la maciza. La nueva utopía es el bunga-bunga de Berlusconi y para mí es el grito más decidido contra el nihilismo. La alternativa europea al nihilismo es la bacanal del cavaliere. Berlusconi tiene una dimensión moralizadora y civilizatoria y su personaje homenajea a los mejores cómicos de su país, pues es un político sin gamonedas, sin delicuescencias, sin la cursilería mostrenca del sglo XX. Es un político de realidades, de carnes prietas y un político post-fútbol, que es un bananerismo anterior. Además, el recurso a la jamona disloca la retórica política actual y puede que la acabe vigorizando. Ante la tía buena, el verbo se tensa y se hace lírico, la camisa se plancha, el pelo brilla y el pecho se saca. ¿No será joseantoniana la política así? Hay que insistir: hay un idealismo y un proyecto en la jamona. En España, mientras, rige la Paridad, que es ir contando tías. En cualquier reunión más o menos oficial hay que contar las titis y si son menos de la mitad toca dispersarse y buscar más. Esta ley, en realidad, es un cherchez la femme, como todo en la vida. Yo voy a los restaurantes y me distraigo contando el número de mesas que incumplen la ley paritaria, porque toda ley nos hace o comisarios o vulneradores de ella. Toda ley acaba siendo una decantación de la realidad.

miércoles, 5 de octubre de 2011


TELE: GRANJERO BUSCA ESPOSA

Oh, what a life. La vida interior es ya la vida televisiva. Somos al final del día la tele que vimos. Luego, en sueños, se mezcla todo, en otro zapping mejor, muy lazarov, pero no lo recordamos.

En Mhyhyv, ha aparecido el hermano de la pretendienta Abi. A esta chica el trono se la ha comido un poco. Hay gente así, de pretendientes muy bien, pero el trono les plante servidumbres muy fuertes. Por algo peñafiel es duro con letizia. Pues bien, su hermano ha estado en plató y resulta que el tipo es la reencarnación de El fary, habla igual el gachó. Habla más como El Fary que su propio hijo, el cantante Cantero.

Luego he visto brevemente el sálvame y ahí ha aparecido Kiko Hdez. De este hombre hablaré otro día, que estoy cansado, pero estamos ante un individuo que domina el medio con una soltura y un relax que no veía desde Joaquín Prats. Yo estoy más tenso en el salón de mi casa que este tipo en un plató. Es el chancleterismo televisivo.

Luego, claro, ha habido un poco de The Farmers, por contrastar las sensaciones del primer día. Aparece Luján, con esos ojos de énfasis, que parece que le va a dar un tirón en un párpado de un momento a otro, y un estilismo choni, como de optar ella también a granjero y luego los granjeros, ya en sus respectivos medios rurales y aislacionistas. Por delante va ya que todos los granjeros, con diferencias de grado, tienen el sexo escrito en la mirada. Sinceramente: parece que no follan, pero que tampoco se la menean. Van al concurso en un estado de excitación canina.

Román es mi favorito. Su cibernovia le ha dicho que tiene las facciones finas, y esa tía miente a nivel discoteca-6 A.M. Román tiene una dulzura muy zangolotina y baja la mirada y dan ganas de abrazarlo. Tiene, digamos, osez y sentía ‘los nervios del directo’. Todas sus pretendientas son gorditas –una de ellas afirma no comer nunca pollo-. Teresa va de buena, pero no lo es. Luego tiene otra, canaria, creo, que tiene una mirada de espanto, con ojos, boca y nariz muy juntos, muy en el centro de la cara, y luego mucha cara no significativa. Es verdaderamente fea, pero tiene buena cacha y es sensata e inteligente. Me gusta para Román y en eso he cambiado a lo largo del programa. El papel de Román en el programa es, ante todo, demostrar la importancia estratégica de la suegra. Directamente, ha delegado la decisión en su madre.

Melendi es un vaquero asturiano que tiene una casa muy indie, muy yanqui, hecha de chapas, ladrillo y roulot. La casa es una amalgama de precariedades muy integrada en el campo. Es como una de Joaquín Torres pero sin ese aspecto de apple. Melendi ríe como El cordobés y es un tipo muy majo y llama a las vacas como un tirolés y las vacas no le hacen ni puto caso.

Jonathan es un muchacho que se parece a Morientes, pero es menos majo. Tiene dos rubias con aspecto de pillar fácil en la discotheque. Johnny está obsesionado por el sexo y lo evidencia con una franqueza inquietante. Se va a cepillar a las dos pretendientas y no descarta el trío. Acude a un bar llamado La Campanilla.

César está en los cuarenta y se peina a la romana. Vive en un pueblo donde se ven camisetas del Madrid. La España noble, leal. Lleva a las chicas a comer con los amigos y les hacen putadas. En los pueblos no se tienen amigos, se tienen cuadrillas. Tiene una casa con las paredes verde lima que unidas a la personalidad de Elo, una de sus pretendientas, sube la intensidad psíquica del programa, alejándolo del tono de comedia.

Luis es un malagueño que vive en un rancho. Recibe a las visitas repachingado en un porche y confiesa estar en el campo para que no le molesten y trabajar poco. ¿Es esto, técnicamente, un ‘granjero’? Tiene una chica morena de 21 años, digna del myhyv, que probablemente se confundió de pasillo el día del casting.

Y queda Gustavo, un navarro cuarentón que tiene por pretendienta a una brasileña inacabable. Va llegando al pueblo y a su paso se urbanizan los terrenos. El navarro la mira, la toca, se pellizca, ¿es real?, dice, y al llegar, nada más llegar, la presenta a la hija con estas palabras: Sheila, ven, mira, ésta (la brasileña) es la nueva mama. Luego hace las presentaciones a la gente de su entorno y aparece un empleado negro que probablemente resulte un problema en el futuro.

Este es el elenco de granjeros. Entre las aspirantes a granjera hay poca peninsular. Canarias y sudamericanas hay varias.-Es que las brasileñas son muy melosas y eso les gusta a los hombres-dice la tía de uno de ellos. Las brasileñas y las cubanas son como los fondos europeos: la única alegría y la esperanza de la España interior, quizás la verdadera protagonista del programa de hoy.

Los granjeros tienen, además de las dos invitadas, una pretendienta a la que llaman cibernovia, que es una cosa muy actual y que hay que estudiar e integrar en un relato del amor en el 2011. No la conocen, nada saben de ella salvo sus palabras y el dato de ser la mujer más compatible de entre las presentadas. Es, sin duda, el componente ideal, ilusionista del amor, con el que tendrán que luchar las otras mujeres, reales, celulíticas, tangibles en la medida en que se dejen tocar. La personalidad del concursante decidirá la importancia del elemento ideal y la importancia del elemento brasileño. Mujeres peninsulares hay pocas y están como una cencerro, para que nos vamos a engañar.

LAS SEVILLANAS DE LA DUQUESA

Por trabajar, ya ves tú, me he perdido la boda alba. He visto sólo la salida de la pareja y las sevillanas de la duquesa. Ante el cuadro musical, siempre (¡así!) vestidos como si fuesen a firmar unas escrituras, la duquesa se ha marcado unas sevillanas quietistas, recogidas, muy zen. Sevillanas lentísimas, que de haber recibido el debido compás musical quizás hubieran dado lugar a un nuevo estilo: las sevillanas de la amanecida, sevillanas alba. Los miembros de la duquesa se desperezaban y abrían al día como un lento capullo y al lado, el duque soporte, extendía su mano en sobrio alarde flamenco y se quedaba en su sitio, parado como un josé tomás. Sevillanas del jaleo imposible, de un patio sevillano intemporal, con el chorro del surtidor congelado y la floración del naranjo estallando celularmente como en los documentales de la dos. Sevillanas de ritmo genial, sevillanas cool con su desplante final. Sevillanas en las que no se cogiera nunca la dichosa manzana. Ah, y aunque eran unas sevillanas antipopulares, de bailarina intelectual, de fondo estaba el pópulo, con ese señor con cara de Umberto Eco que es el figurante de todas las conexiones del sálvame. Faltaba la duquesita, enferma de una varicela que se estuvo reservando desde niña para este momento. Ahora, la sociedad, súbdita también de los Alba, se hace una sola pregunta: ¿Se rascará Eugenia? Y la noche de bodas, que es el gran chiste del próximo carnaval, queda para la guasa de los cachondos del país. Ya ha dicho Jabois que Díez pedaleará delante de la luna de miel como el niño de ET y yo me permito decir, viendo las sevillanas de gravedad lunar de la duquesa, que ese señor va a ser un Armstrong, poniendo la bandera de España en un suelo desconocido, romántico, atemorizador y débilmente humano. Sin Hermida que lo cante, claro, salvo que quiera Quintero.

martes, 4 de octubre de 2011

JOBS


Día perdido, tono menor, diario rumiante.
Sale a la venta el iphone5, con aire de estreno de saga hollywoodiense y caen en los almuerzos reportajes sobre Steve Jobs. Este hombre es un empresario-visionario, lo que debe ser un paso más allá del empresario schumpeteriano, cuando el innovador linda con el profeta. Creo que Apple lo fabrica todo: hardware, software, pero eso, integrarlo todo, lo hacen muchas empresas. La gran innovación será la utilización tecnológica del pellizco de monja. Jobs y sus genios-de-noventa-horas-a-la-semana han creado la caricia tecnologica con la pantalla táctil, destacando la importancia fundamental de la yema de los dedos, algo en lo que sólo se para uno a pensar cuando las arrancan en las pelis de serial killers. Mira uno a la gente con sus ipads y además de parecer romanos es que ponen los deditos como si fueran a dar de comer a un pajarito. Jobs pretendía ofrecer comodidad y el público, agradecido, le devuelve ternura. Un usuario pasando un menú del ipad parece un niño acariciando el lomo de su perro. También tiene algo del gesto de pasar la página, como supervivencia de ese acto moribundo. Esa es la visión de este genio, porque otra cosa que se lee mucho sobre él es su lema de vida al límite, su carpe diem minimalista y gerencial que veo de difícil aplicación en España. ‘Vivamos esta reunión laboral como si fuera a acabarse el mundo’, y el currela que lo escucha se va directo a por la secretaria a darse el lote final. ¿Y cómo sería el carpe diem jobsiano en la Administración? ¡Todo el mundo apurando los días de asuntos propios! En esa línea de desespero existencial, Jobs dijo una vez que ‘la muerte es el mejor invento’, que me pareció una cosa de un barroquismo punsetiano, digno de un Quevedo con power point. No, Jobs, no, no abrumes, la muerte no tiene nada que ver y tú eres un genial charlatán. Tenías la idea y la idea es pasión: ¡Has tecnologizado la caricia y el pellizco! En esta coincidencia con la lamentable enfermedad y retiro de Jobs, hay una truculencia que le confiere al iphone número cinco un halo palpitante, de legado, de última palabra. Parecerá que nos vibra a todos el corazón del genial Steve cuando lo tengamos sonando en la mano.


lunes, 3 de octubre de 2011


TELE: UN DELUXE Y PUNTOPELOTA


Zapeo canalla. Veo el deluxe repetido, donde el tema estrella es la expresión ‘a horcajadas’ y lo de menos la rubia nada platino que asociaban con Fran. La noche loca del príncipe consorte se ha quedado en cuatro copazos. Ni rubiazas, ni travestis, ni polvos en el reservado. El clan de colaboradores, eje del mal incluído, se ha lanzado contra la presunta que resulta ser una eterna aspirante a la tele, en ese submundo del discotequeo lagartón de la Posada y el Garamond, el gran casting de la tele actual. Lugares que visitaremos los de provincias en viajes organizados. Será tendencia este invierno romper con la pareja yéndose al garamond a tener la noche loca con una tronista y se le llamará hacer un fran o hacer un garamond. Claro que éstos no rompen. Por algo, Jorgeja, en hipérbole cachonda, los comparó con Liz Taylor y Richard Burton. Bueno, dirán algunos que Belén tiene unos ojos expresivos y que Fran también parece pegarle al frasco. Los colaboradores, que son virtuosos del montaje, afean a la presunta, presunta rubia, sus burdos intentos, su chapucería de cebo de paparazzo. Después, la negra amiga de Nagore, que es como la Esteban y Queen Latifah juntas, discute con Sofi ante la sonrisa conciliadora y guasona del hermano de Aída, que se va a acabar merendando a la hermana.

Mientras, el lobo dice en intereconomía que Mourinho quiere ser diana. La frase me recuerda a otros contextos. Es una frase con su intríngulis. Lleva implícito el reconocimiento de un mecanismo que haría de Mou una víctima. Y diría que hasta una disculpa, porque se carga la responsabilidad y la acción en el portugués, sujeto de la oración. Además, la víctima no sería abnegada, sino que se aprovecharía de su condición. Inadmisible. Alrededor de Mou y su carisma de jota erre se libran otras batallas. Mourinho es el gran despertador de tics, de tan nervioso como pone a algunos.

Lo normal es escribir intrincadamente, pienso ante el colutorio –purgante nocturno del inevitable anacoluto con el que no debemos irnos a dormir-. La sencillez y el orden sintácticos son productos de la  reflexión y del segundo intento. El pensamiento es un galimatías. La mera conciencia una casa de locos, un gallinero. Lo normal es escribir un enredo. De modo que sí, la sencillez es una forma (¡otra más!) de impostura.
DIARIO

Desde que tengo un blog, cuando tengo un rato y me siento ante el ordenador ya no acabo masturbándome. O sí: porque hago una entrada, pero me toco menos. Antes tenía un blog que no anuncié en ningún sitio, de modo que el lector era puramente estocástico y además universal. Un lector estocástico es un lector dificilísimo y dejé de escribir. Era yo ante mí mismo y todas las variaciones de mi mismidad y ante la Forma, reclusa en esa especie de Museo Ideal en que la tienen.

La inmediatez de internet, el eco inmediato de lo escrito,  asemeja un blog a un periódico, un periódico mínimo, como de  cole, como el que cuenta Dragó que hacía en El Pilar él solito, cuando era un niño pedrojotesco al que seguro alguna vez planearon asesinar sus compañeros. En la prontitud hay algo que no puedo concretar que me parece desagradable y muy triste. También la gratuidad me disgusta. En el intercambio y en lo pecuniario hay una forma de caballerosidad muy edificante. Yo creo que las cosas del mundo, las cosas no amorosas, están bien, son buenas, son decentes si están selladas por el precio. El precio es la inteligencia de la libertad. Lo gratuito es un poco delicuencial e irrelevante. Lo gratuito no existe, de modo que no puede haber autoría sin precio.

Hoy también me llamaron de jazztel. Es la tercera persona de esa compañía que lo hace en las últimas semanas. A las dos anteriores, mujeres, les mentí y maticé mi desinterés con subterfugios. -No, es que operan a un pariente a corazón abierto y usted comprenderá que no es momento. -No, entiéndame, no creo que leerle las cláusulas liberatorias con movistar arregle las cosas, porque no son ellos, soy yo, tengo un concepto anticuado de la fidelidad corporativa y no puedo, sencillamente no puedo cambiar de compañía sin un motivo mejor que el puro interés. Y eso tras hacerme pasar por hermano de mí mismo durante quince días para no tener que afrontar la fatídica condición de titular de línea. Por alguna razón, no puedo decir que no. Bueno, por alguna razón no, por pura cobardía. Decir ‘no’, ‘no me interesa’, ‘no quiero’, ‘no me gustas’, ‘no estoy enamorado de ti’, ‘no quiero llevarme esta camisa que me sienta mal’, ‘no soy homosexual y no tendré relaciones contigo’. Esas cosas me resultan imposibles y funciono con subterfugios y en la elaboración de subterfugios soy un genio. Es lo único que se me da bien en la vida. Rimbaud perdió su vida por delicadeza sí, pero fue porque no supo decir que no y su obra es sólo un subterfugio para ese no impronunciado. Un no da miedo, sí, pero al que lo dice, no al que lo escucha. O mejor: asusta antes decirlo y es terrible una vez escuchado. Se transmite como la gran patata caliente de la vida. Preexiste y subsiste el no como problema, como trauma, como obsesión aunque dure tan poco. Es la palabra más terrible del diccionario y la verdad es que ya nos lo advirtió supergarcía.

Debe de ser por esa negativa no formulada que los de jazztel aún me ven como un cliente posible, preso en los anillos concéntricos de la presión comercial, infiernillo moderno. En el tercer anillo entré hoy. Una voz de varón, probablemente sudamericano. Tras presentarse, algo envalentonado le resumí mi historial con su empresa y le pedí que entendiera que mis condiciones personales no habían podido cambiar en tan poco tiempo como para merecer otro abordaje y lo extraordinario del caso es que el comercial no me dejó terminar y sin palabra alguna colgó el teléfono. Estas cosas le deben de pasar a Javier Marías, en sus quijotescas cruzadas contra las grandes empresas, y a poca gente más. El hecho no me ha irritado, pero estoy preocupado: qué flatulento individuo he de ser para que me cuelguen los de jazztel.

Puse un rato la tele y salía Belén Esteban en algo parecido a un intento de entrevista. Un señor con un micrófono le preguntaba cosas con muy poco exito y ella respondía como me respondían a mí las tías más guapas de la discoteca, con una forma de indiferencia nazi. Ella estaba en la calle y el cigarro lo pixelaron, como si se estuviera fumando a Andreita.

También he visto un top less de la duquesa de Alba, de sus pechos durante la Transición. Como si el interviú contribuyera de esa forma al éxito amoroso de la noche de bodas. Una espléndida Duquesa mostraba sus domingas blasonadas en una cala ibicenca y yo pensaba en Jesús Aguirre vestido de blanco y con mariconera sonriendo en plan fauno contracultural. La Duquesa me cae bien porque es heterodoxa en el amor y además restituye prestigios. Tras el intelectual, el funcionario. En estos tiempos de populachero descrédito, el ascenso del Alfonso Díez, cargado de trienios pese al bótox, es el ascenso de todos los funcionarios, que salen un poco de su encierro galdosiano en una vida sin horizontes. No importa la densidad de la grisura, nos dice, la inevitabilidad del expediente, la inexorabilidad del organigrama, hay una duquesa y un palacio veneciano que os están esperando. Los pijos y los clasistas ululan, claro, pero la Duquesa se los pasa por el forro, con toda su libertad. La Duquesa es la última y secreta chica almodóvar.

Después ha venido mi casera acompañada de su vástago. Soy un paranoico y no quiero escribir el nombre de su hijo por si lo leyera, pero vamos, se llama como el actor de apellido Hawke que salía con Uma Thurman. Al nombrarlo yo, con la carantoña obligada, me he sentido un poco gilipollas porque además dudaba a la hora de elegir acento y pronunciación. La casera traía el contrato indexado el IPC. La cifra final salía en decimal, cincuenta céntimos y ella ha decidido redondearlo hacia arriba. Ese redondeo hacia arriba es el capitalismo tal como lo entiende la gente. Al personal le das un sistema maravilloso de entendimiento y libertad y te redondean. La vida es ese redondeo que le va endilgando a uno todo el mundo.  

Tras eso, he ido a comprar. El supermercado tiene una atmósfra balsámica. Las sucesivas decisiones de compra, el juicioso consumo, elevan mi ánimo, recompone mi consistencia emotiva. Hay una bendita y estudiada tranquilidad en estos supermercados a media tarde. Una delicadeza. Un masajillo. Ir a comprar a deshoras es un lujo menor de mi vida a destiempo.