jueves, 2 de agosto de 2012



GORE VIDAL


Siempre soñé con un superdebate televisado entre César Vidal y Gore Vidal que a modo de supertertulia definitiva determinara para siempre qué paradigma debía regir en el planeta. Pero ya no podrá ser porque Gore Vidal se ha muerto. Hijo de la sociedad de Nueva Inglaterra, de ese mundo culto y acomodado, pudo haber sido un Auchincloss, tan recto y melancólicamente sometido, pero salió tal cual era: efervescente y necesario como un alka seltzer. Para mí, Vidal era a la derecha americana lo que Nils Crane a un macho alfa en un capítulo de Frasier. Vidal era un modelo planetario para la gauche divine y para los intelectuales comprometidísimos –las sociales, que dice Mario Vaquerizo- y los antiamericanos del mundo le imitaban de la misma forma lejana e imposible en que algunos actores imitan a Marlon Brando. Inventó el “acto homosexual”, que hiciera posible llevar una vida completamente hetero plagada de actos rosas y se cuidó mucho de distinguir entre escritores académicos y escritores ingeniosos, populares, teniéndose siempre por lo segundo. Creo que su recalcitrante izquierdismo era sólo una forma vectorial de deprecación. La necesidad del aguijón. Un recurso teatral. ¿O es que acaso tiene ideología el puro ingenio?

  
                                                    (LAGACETA, 2-VIII-2012)

miércoles, 1 de agosto de 2012





MISSY FRANKLIN


No entendía uno la manía que le había entrado a Occidente por quitarle el velo a la judoka saudita, tan distinta de las nadadoras de pasos plantígrados, como la genial Missy Franklin, que con sus gorros tienen al sonreir algo de chicas Años Veinte sacadas de algún relato de Scott Fitzgerald. El español está viendo la natación en la tele con nuevo subdesarrollo, comentando el otoño de Phelps y el despertar de Agnel, ese Casiraghi anfibio. El éxito de la natación es estructural y bifásico: hay que medir dos metros primero y luego meterse en una piscina en lugar de dedicarse a la cosa ochentera y passé del baloncesto, que es un deporte Sísifo (¿Se admite sisifítico para lo repetido e inútil?) Tampoco pitamos en gimnasia, aunque abunden los gimnasios en nuestras calles. Hay deportes en que el cuerpo adopta una forma, la gimnasia, y otros en que es forma misma, como con los traseros de las del voley playa. Sufrimos y aún nos queda el atletismo, donde nuestras grandes estrellas han sido mediofondistas como Cacho o Antón, que parecían hombres amedrentados huyendo de la suegra. Ante esta sinrazón, el sr. Gómez Marín ha pedido el “atleta razonable”, un atleta triste que desoyera, como hacemos todos, la plusmarca legendaria que nos late dentro.




                                                 (LAGACETA, 1-VIII-2012)

martes, 31 de julio de 2012


TRASTABILLEO

El Rey recibió ayer a Soledad Becerril, Defensora del Pueblo, y al ir a entrar al despacho, como ella no quiso hacerlo primero, vacilaron ambos y se amagaron cortésmente, como si fueran Özil fintando a Mascherano. Se produjo así un curioso trastabilleo, que se demoró más de lo normal porque no sólo era la duda de la cortesía, también la del protocolo. Y lo que pasó fue que Doña Soledad, creyéndose protocolaria, se fue a la Zarzuela sin saberse el protocolo, que consiste precisamente en que el Rey lo rompa. Quedándose la Defensora del Pueblo quietísima y muy súbdita, como si hubiera visto tres episodios de Juego de Tronos la noche anterior, parecía estar recordándole al propio Monarca su prioridad, pero Don Juan Carlos, seguro de su propia modernidad, insistía. No imponerse hubiera sido como el tartamudeo vacilante de Colin Firth. Al final, entró primero la Defensora del brazo gentil del Monarca y fueron dos órganos del estado graciosamente prendidos, como si fueran a un baile de la rosa monegasco. Duda considerada de lo no ejecutivo, ternura de protocolo renovado. El rey entró detrás de la Defensora del Pueblo, pero la Ombudsman lo hizo de su brazo elegante, como en el vals suave de un Estado muriente de novela.


                                                   (LAGACETA, 31-VII-12)

domingo, 29 de julio de 2012




JUGAR A LAS PALAS


Olimpismo es el encendido del pebetero, el eternizante estribillo del Hey Jude sostenido ecuménicamente (Rosendo dice que a veces es difícil llegar a un estribillo, pero en ocasiones, como con esta canción, lo difícil es salir) y olimpismo es que Michael Phelps eche de las portadas a Bustamante, que se bajó del andamio para cantar y parece que se hubiera vuelto a subir para trabajarse un cuerpo de Hércules ibérico con el que llevar al límite el cuerpo del español bajito. Él le roba un poco la luz a Paula Echeverría, que sin embargo ha extendido su biotipo a la mujer española media, que hasta parece que la Campanario se le va pareciendo. Los Bustamante han exhibido una felicidad playera este verano, pues también eso es el verano, la impudicia de la felicidad, incluso de la felicidad gordezuela y rubia, de gineceo, de las Goyanes. La felicidad goyanesca a la que aspira realmente la mujer.

En el verano bogan infinitos barcos las aguas de Ibiza y el sol rompe todos los blancos. Allí, eslora rima con Fedora, tocado de chiringuito (¿No sería hermosa una tragedia chic titulada así, Fedora?). En el verano, a España la recorren infinitas niñas de Serrano, las que ve salir Ruiz Quintano en primavera, luciendo su outfit sobre piernas juncales mientras los hombres las piensan como Sergio Ramos, el pensieroso, pensaba a su novia sobre una piscina que parecía de David Hockney.

El autorretrato de Hockney lo calcó Íker Casillas, con esa autofoto a los pies –las mujeres laS hacen también al muslamen descendente- con paraiso al fondo, autorretrato hegemónico contemporáneo gracias al iphone. Íker pensaba contra el poniente y pensaban sus pies, con la elocuencia terrible y muda que tienen los pinreles, en los que parece que quieren hablar una comunidad de hombrecillos.

Íker se fue con Sara a las Islas Vírgenes y allí se empequeñeció y ella se agrandó aún más. Perfecta, boquiabierta, mohína, salía del agua color azul olímpico como una Brooke Shields, sin alcachofa, perfectísima, con claque de gaviotas peripuestas y así exhibía su felicidad, pero también su portento de carne tostada (¡brasa del verano, churrasco definitivo de la carne!) con el punteo mercurial de las gotas de agua, que la recorrían como un subtexto de cirujano plástico.

Sara, que se ha convertido en una nueva Carmen Sevilla, musa absurda, con derecho a la indulgencia tras el gazapo televisivo, se ha ido con Íker y su Fundación a hacer solidaridad en verano –esas paradas solidarias de Íker, al que le chutan de buenas y él se tira a parar, mascotizándose-, mientras Pedrito y otras criaturas de La Masía jugaban con los delfines, asexuados y tiquitaquescos.

Luego, en la soledad edénica de las islas Vírgenes, la pareja se ha puesto a jugar a las palas en la orilla, que es algo que hacen las parejas en verano y una metáfora del amor, un diálogo corto, interrumpido, imposible, porque siempre se le acaba cayendo a uno la pelotita. Amor es ese set cortísimo a las palas en la orilla abrumada de belleza del Caribe.


                                              
                                                                     (Publicado en LAGACETA, el 29-VII-12)


miércoles, 25 de julio de 2012




TABLAOS

Un alcalde gallego sembró su pueblo de tablaos. Había más que en Sevilla. La deshora gallega llena de zambras improbables. Al parecer, unos listos de allí aprovechaban que los tablaos pueden cerrar con horario de discoteca, porque el legislador aún respeta la juerga gitana y permite que chapen más tarde, para, según una sentencia judicial, “hacer la competencia desleal a las verdaderas discotecas”. Bares con licencia de tablaos, pero sin serlo porque -enorme simpleza administrativa- “no tenían tarima ni vestuario”. Y nada dice la sentencia del flamenco, ni de que allí no hubiera gitaneo alguno. ¿Serían tablaos si hubiera habido facas colgadas, ornato nazarí y una tarima?

¿Y si hubo un jumao que una sola vez se hubiera arrancado por peteneras? ¿Y si una gallega morena alguna vez movió los brazos faraónicamente? La soledad del flamenco, del flamenco fantasmal gallego, se ha despechado como corrupción, cuando si el tablao galaico dejó de ser tablao fue porque los gallegos no quisieron.

-Yo me tomo dos cervezas y me arranco por El Cabrero.

Pero si no te arrancas, el local con licencia de tablao será siempre un triste bar. El alcalde gallego hizo todo porque Galicia fuera cuna flamenca, juerga con duende, girón de brazos (¡Alcalde bibianesco y flamencólogo buscando lo gallego moro!) ¿No salimos por las noches a lugares que deberían tener su reverso de tablaos hirvientes de lutos ávidos, cobres viciosos y gitanas ciclones? Salir y que sola se fuera organizando la jarana del trasnoche, con morapio y guitarras y cuadro flamenco y que entonces el regente del local, previsor, pudiera exhibir su licencia de tablao, la gran licencia juerguista.

Pero se despacha con que no eran tablaos ni podían serlo jamás porque no tenían tarima. No, Señor juez, no eran tablaos porque allí no se arrancó nadie por bulerias, ni por sevillanas, ni zapateó nada.

Pero incluso si eso hubiera sido corrupción, qué maravillosa idea. En la corrupción verdadera, la que aspira a durar, siempre hay un pacto con la sociedad, con la realidad, sellado a través de la tapadera. La corrupción es la trastienda de algún negocio visible y esos negocios son una España ideal, como la España ilusoria que se proyectó cuando hubo dinero.

La corrupción ha generado una España posible, ideal, rupturista, del revés, fumada, lisérgica, como ese equipaje olímpico, que parece el resultado de frotarse los ojos y esperar lo que se ve con los ojos cerrados. El chándal de las chiribitas del surrealismo español.

En un país sin demasiado talento empresarial, no estamos para despreciar las iniciativas soñadoras de los corruptos. Las tapaderas de las corrupciones ¿Acaso no compra el dinero negro el sueño de las loterías? A veces, la corrupción es una variante del genio emprendedor, que en España coge extraños caminos. En las tapaderas hay mucha emprendeduría y en la corrupción ambiciosa la proposición, el sostenimiento falaz de algún negocio, alguna ocupación. Tan cerca de resultar o de no hacerlo como las otras.

                                                                                            (LAGACETA, 26-VII-12)

domingo, 22 de julio de 2012



SEISCIENTOS


En las últimas horas, la prima de riesgo, como si fuese una Isinbayeva indesmayable, ha superado la barrera del seiscientos, determinada como psicológica por los medios, que hacen cabalismo con la prima como con los ciento siete goles de Toshack. Rubalcaba, instado por las manis, reclama más keynesianismo, que se tendría que hacer con dinero prestado, porque el keynesianismo español es siempre de ida y quiere que la prima baje “por su ser”, como dijo el banderillero de la regla de la frutera de Ortega Cano.

A estas horas, se desconoce la resolución que el lunes adoptará el BCE, tachado por un ministro español de banco clandestino. ¿Saldrá el BCE de su clandestinidad para enfriar el incandescente mercado de la deuda? Desde hace años, se escucha la palabra gobernanza, y cuando apareció la Merkel quien más quien menos pensó que la gobernanza era ella, por su aire mandón y matronal. O entre mandón y patronil: matronil. Pero la Merkel, a estas horas, está ejerciendo de gobernante alemana, no europea.

Alemania es quien más ha tentado la definición de Europa, su razón y sus límites en el último siglo y sigue haciéndolo y a ella le tocará determinar qué será del continente y alguien dijo que el pathos germanoliberal, que ahora invocamos, es una mezcla de investigación sin fundamento y cuerpo de bomberos voluntarios.

Sin germanofobias, desde luego, no hay que obviar que la situación actual le beneficia y que, en términos generales, la deuda global del continente permitiría un esfuerzo por corregir los desequilibrios de financiación de paises como España, clientes del mercader alemán de Holbein que sigue mirando. A cambio, claro, de lo que se llama condicionalidad, el inevitable ajuste fiscal. 

Estamos ante los asuntos cruciales: Europa y el crédito. Es decir, la historia y el futuro.
Más Europa, nos dicen, pero Europa se ha venido haciendo en silencio por los Monnet y los tecnócratas, desbordados, claman ahora por el político, sin encontrarlo, porque hay concejales, pero no políticos, que la tecnocracia y la primera oleada de la crisis derribaron a los grandes capitanes democráticos.

Sarkozy, dijo su padre en Madrid que estudia para Presidente de Europa y sería necesaria una ambición personal al nivel de la deuda pública, grandiosa, colosal; un Bonapartismo chic, la rijosa ambición del genio. Alguien que quisiera gobernar una cosa llamada Europa.
Los estados extienden cheques sin fondos, dijo un poeta, pero ahora sí, los estados pueden merecer la cárcel. Europa es el perfil naciente de un mármol bruto, o una Antígona punk y riot, como las chicas rusas, contra el texto estatutario del BCE.

Nuestros abuelos fueron los hombres de la guerra y necesitamos alguien que nos diga (y nos convenza) de que seremos la generación perdida y mártir de una guerra incruenta para fertilizar otra soberanía. Un edificio fiscal sobre las ruinas de nuestras haciendas. Para esas cosas estaban los políticos y los generales, y los modernos generales, que pueden ser los economistas.

                                           
                                                                                         (LAGACETA, 22-VII-2012)

jueves, 19 de julio de 2012




TANTRISMO


El gobierno ha subido el IVA de los peluqueros del 8% al 21%, algo que, sin duda, no puede molestar al perroflautismo, de tendencia más bien desgreñada, pero que complica mucho el negocio de esquilar. Sin embargo, los peluqueros no han protestado. No se les conoce gremialismo ni han ocupado una arteria madrileña con el chirrido de sus tijeras. Ciertamente, hubiera sido desasosegante una multitud de señores dando tijeretazos en el silencio de una calle ocupada. Tijeretazos al aire caliente del verano, lo que sonaría a graznido amenazante, como en Los Pájaros de Hitchcock, dejando la impresión de una performance masiva de ajuste fiscal.

No han protestado, pero ha salido su más agregia figura, Llongueras, que demuestra siempre lo que de pícaro tiene el daliniano, a reafirmarse en el sexo tántrico y a desvelarnos la primicia de que el sexo es vertebral, de que el semen sale de la espalda y que por eso muchos hombres de cierta edad acaban encorvados.

Llongueras ha reconocido haber dejado alguna vez sin conocimiento a su esposa a base de tantras. Otro tántrico famoso, Dragó, afirmó hace años en un programa de Hermida –gangbang del tertulianismo- haber penetrado flácido a una mujer viva. Así, estos tántricos españoles acaban paradójicamente fardando de orgasmos, lo que los convierte en un insospechado nuevo machismo.

El tantra sexual es correrse hacia adentro, la eyaculación retrograda, luego es un poco de derechas. Y todos, de jóvenes, hemos tenido que afrontar una decisión tántrica: la vía de la mano izquierda o la vía de la mano derecha. Los más progres y leídos, ante el hecho recesivo del gatillazo, lo proponían como alternativa:

-Es la primera vez que me pasa, pero… te puedo hacer el tantra.

El tántrico español opone la exterioridad elocuente y la facundia (¡incontinencia!) a su introversión eyaculatoria, así que podriamos llegar a adivinar quién es tántrico en la vida española.

¿Será tántrico Montoro? No, porque lo suyo es titubeo fiscal, pero seguro que Don Mariano sí, porque en Rajoy ha habido siempre un tantrismo de la gobernación, habiendo llegado al trantrismo fiscal de ser uno y todo con la Merkel (lo femenino) en confusión de cuerpos gobernantes, no en intervención, violenta, sino en deliberado abandono del ego, en mística unión y dilatación eterna, demorada, gloriosa y extática del liberalismo libidinoso de bajarnos el impuesto y de que, por fin, llegue el dinero.

Tras haber inventado España el catenaccio hacia adentro, que dijo Ruiz Quintano, ahora llega el liberalismo tántrico.

El tantrismo, que es una forma de avaricia, quizás sea un intermedio orientalista en tiempos de crisis hasta el objetivo de ser chinos y el nuevo Barça-Madrid pudiera ser un duelo tántrico y televisado entre Dragó y Llongueras, con sus respectivas, por ver quién resiste más sin eyacular. Ambos, retenidos y con austeridad blanca, provocando orgasmos a troche y moche, rozarían una eternidad apocalíptica de amor y un nuevo español, campeón tántrico. Viejo, sí, pero erecto.

                                           
                                                                (LAGACETA, 19-VII-2012)