domingo, 16 de octubre de 2011

TELE: UN RATITO DE LA NORIA


Mi extraordinaria sensibilidad política ha somatizado el 15O. Estoy febril, dolorido y débil como el niño de vick vaporub. Ando tentado de tuitear mi tormento, pero he de viajar durante el día y no tengo iphone.
A falta de leer la prensa -la traerá un heraldo rubio en breve-, empiezo a estar en desacuerdo con la simpleza del término 'perroflauta' con la que el derechismo despacha la cuestión. Ayer había mucha gente en muchos sitios y ya no es folclore de neojipis, ni cónclave de rastas, ni fauna contracultural de los tito puentes de la greña. Ayer había peña, mazo de peña, en labios de un epectador objetivo, y mirando la cuestión con la lucidez con la que la ha mirado Guillermo Ortiz, el Partido Popular no debería obviar esta fuerza social por ser pintoresca y extraparlamentaria. Desde luego, la agenda política la debe dictar el Parlamento, la representación popular legalmente constituida, no la soflama populista de la calle, pero cabe considerarla ya como una fuerza política, social, transversal, viva, lo que en términos tertulianos se podría denominar 'vector políticamente significativo'. Así lo llamaría Amando de Miguel, mi ejemplo para tantas cosas.

¡Traen la prensa ya! Cae en mis manos un magazine, como las migajas del botín periodístico. Ella los periódicos, yo los magazines, escritos para el dominguero gilipollas español de tipo medio. O sea, yo. El de EM tiene en portada a Hidalgo, el de los viajes Halcón, que va en tejanos y pone mirada de intensidad seductora. ¿Miro yo así? ¿He mirado yo así alguna vez a una mujer? Qué repugnancia y qué catarsis de pudor. Es descrito el pavo como hombre de pupila traviesa. Como no puede ser, como no puedo seguir, empiezo por el final, y encuentro a Ramoncín, en eterna promoción del mismo disco. ¿Qué single promociona Ramoncín? ¿Qué vinilo setentero de qué rastro ignominioso hace promoción?

Anoche estuve viendo La Noria y lo recuerdo con agrado, con esa satisfacción que deja la buena tele. La entrevistada era María Patiño, a la que seduce Telecinco. Es como si el Barcelona fichase a Cristiano Ronaldo. La Patiño es una periodista de raza, con nervio para otras empresas, pero que por cosas de la vida se ha especializado en el brillante colorín. Perodista titulada, se marchó de becaria a Marbella, donde compartia piso con Jorgeja, en amistad freelancer. Es conocida por su vehemencia congestiva y su vitalidad. Sarah Jessica Parker diminuta, dibuja el comentario y la noticia con sus palabras, su mirada y las manos, prodigio mímico. Me dí cuenta anoche de que llevaba bótox y ella lo confesó. Mis meses de telespectador me han dejado esa habilidad: la detección del bótox.


Para entrevistar a la Patiño estaban Chelo Gª Cortés, con ese aire a Richard Harris que tiene a veces, Kiko Matamoros, que hizo de picador, como de costumbre, y la Lozano, que siempre va y vuelve de la deontología, como de un amor reñido.

Yo envidio y dmiro a la Patiño. Si yo pudiese elegir, sería cronista rosa. Hermoso, como un Marcello Mastroianni, glosaría el cocktail, el romance y el alba marbellí.

Vi que Kiko Rivera tenía más mirada de toro que de torero y dormí, incubando en mi organismo el dolor de todas las manis del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario