FEDERALISMO
Y PAPIROFLEXIA
Rubalcaba
ha dicho que hay que avanzar hacia el Estado federal. Vivir en el progreso es
como entrar en el IKEA, que todo es seguir la flecha hasta llegar a la caja
registradora, aunque lo federal sería más bien ir hacia atrás. Pero claro, no
va a decir Rubalcaba que hay que retroceder, cuando el federalismo es la nueva
equidistancia entre la independencia y el autonomismo y algo lo suficientemente
confuso y prestigioso para engatusar.
Esto,
claro, lo ha escuchado Ernest Maragall y le ha faltado tiempo para decirle
adiós a la plana mayor del PSOE.
Porque
el nacionalismo es la administración del adiós. La cruel despedida femenina y
el español podría cantar por José Alfredo Jiménez:
-Porque estás que te vas y te vas y te vas y te vas y
no te has ido.
En
su blog, Maragall deja clara la aspiración:
-Una solución confederal más
allà de los manuales de Teoria del Estado.
O sea, algo que no está en
los libros.
Lo que acaba desembocando en
la asimetría. Una suerte
de federalismo mágico en que la suma no diese cero, porque todas las regiones
ganasen, como si con el federalismo ya no hubiese aritmética; y además una
constitucionalización de la diferencia, del somos distintos, que sería, quizás,
la primera constitución de lo diferente desde la revolución francesa, que para
algo puso el énfasis en la igualdad, la fraternidad y, en suma, en la
solidaridad. Esto de la liberté, egalité, fraternité ya suena a vini, vidi,
vinci.
Pero
aunque del federalismo se espera la aritmética mágica, el federalismo en
realidad es geometría. A mí la simetría siempre me hace pensar en la
papiroflexia, que es la geometría infantil, porque me defino lo simétrico (mal
definido) como algo que cuando se dobla da lugar a dos figuras iguales.
La
simetría es la gran preocupación del artista papirofléxico.
La
conciencia es simétrica. Esto lo sabe el que dibuja al hablar por teléfono,
porque siempre se dibujan simetrías. Miguel Ángel pintó al David con tierna
simetría y Leonardo al hombre de Vitrubio, aunque la realidad del hombre sea
pendulona. Eso lo sabía Leonardo, claro, ¡pero Leonardo es Leonardo
precisamente por haber dibujado al hombre simétrico!
Si
la asimetría es la derivación desordenada de todo, ¿qué clase de planteamiento
humano es el que parte de ello?
La
inteligencia es simétrica y la constitución moderna una papiroflexia estable,
hasta llegar el socialismo catalán, que quiere la pajarita descoyuntada.
El
gran papirofléxico español fue Unamuno, que llamaba cocotología a la
papiroflexia. Cocotología creo que viene de la pajarita francesa, pero nos
suena a algo cabezón, obstinado y cerebral. La cocotología es tan
esforzadamente simétrica que una vez Unamuno escribió a una revista argentina
porque había visto en ella una pajarita asimétrica y mal diseñada.
Si
se ponía así Don Miguel por una pajarita, ¡qué no hubiera dicho de Rubalcaba!
Un
Estado asimétrico es una perversión tan grande como una pajarita asimétrica. Un
origami imposible. Un desorden nervioso. Una intranquilidad.
(LAGACETA, 25-IX-2012)
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