LA
ENÉSIMA BELÉN
Bajó
Belén las escaleras estelares del Deluxe con Coldplay de fondo, como si llegara
de una charla psicológica de Guardiola. En el plató se habilitaron filas para
más público, creando una dimensión teatral en el Sálvame, que de alguna forma
con Belén recupera su lado más humano, cálido e imprevisible, pues el dominio
del Eje del Mal estaba deparando una tele fría, maledicente y dura. Belén,
rubia deshecha con mirada de Lady Di (croátide que aguanta cualquier plano), es
más importante de lo que pensábamos. Aporta emoción y entraña, es materia
televisiva pura, ascua, lágrima y hasta humor rompedor y era, en sus mejores
momentos, otra diabética acelerada. El viernes presentó nueva psique y casi
otra figura. Con casi 15 kilos encima parecía Rosa Benito y hasta la voz le
sonaba distinta. Guapa, pero algo gruesa para todos los días, que diría Ruano.
Los últimos años han sido un converger de la Benenito y Belén, ambas en
similares tesituras, una con isla y otra con problemas, pero las dos rompiendo
con el marido. “Soy adicta a la vida”, reconoció pletórica Belén con Adele de
fondo sentimental. Dejó claro que el problema de su vida no era Aurelio
Manzano, sino alguna adicción y con ella quizás pase como con Carmina, que
nunca se sepa del todo. Con Belén se ha bordado el eufemismo muchos años.
El viernes fue ringtopic y rompió el
share porque además presentó su ruptura definitiva con Fran. Su rollo
Burton-Liz Taylor no podía durar y parece que él amenaza ahora con piarlas por
los platós, pero lo tiene crudo porque Belén ya le habló el viernes mirando a
la cámara como hablaba a Jesulín. Su desamor es un hecho y ella ha cambiado el
Bar Rasca por el Bar Mosquis, donde irá con sus tres amigas rubias e idénticas,
un poco Supremas de Móstoles, a tomarse el cafelito con leche y hablar del
bachillerato de Andreíta.
Belén ha decidido hacer caso a
Turgueniev cuando recomendaba no tratar de decir la última palabra y los
viernes pasan de la tele ansiolítico a una tele tranquila en que ya sólo queda
esperar un novio para esta Belén jamona.
(LAGACETA, 5-XII-12)
Hay que tenerlos cuadrados para arrejuntarse con esa cosa llamada María Belén Esteban Menéndez.
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