TONY
LEBLANC
-Mira
qué chavala, ¡menuda pantera!
-Primero
a merendar, así que a por las feas, que son las que convidan.
Esta
achulapada réplica de Tony Leblanc resume su talento para ser castizo, chuleta,
pícaro, tonto del bote y hasta un poquito galán, todo a la vez. Leblanc hacía
de español proteico. Escribió una película, “El pobre García”, apellido de
español representativo, donde decía: “siento la publicidad en mí. Soy un
publicista sui géneris” (¡el primer madmen!). El narrador sentenciaba con dulce
amargura que la lucha eterna del hombre eran sus trabajos. Si en su vida llegó
incluso a campeón de claqué, en el cine representó otras tantas ocupaciones y la
fuente de la comicidad estaba en la gremialización de profesiones disparatadas
como ser jefe de banda de atracadores o astronauta que aterrizaba en medio de
un spaghetti western (“¡Pero si esto es Almería, chalao!”). Leblanc fue timador
con Ozores y formó pareja de entrenadores (otra forma de tocomocho) en una de
mis preferidas, “Los económicamente débiles”. Subrayaba la comicidad
condenatoria del oficio elegido, que era el disfraz que tenía el español cuando
aún se trabajaba. El pícaro emergía del tipo-disfraz del oficio o se subsumía
en él. En esas películas de los cincuenta Tony Leblanc era el español
adaptándose a la modernidad urbana.
En
la tele es memorable el gag de la manzana en el programa de Íñigo. También fue
algo modernísimo. Se sentaba ante el espectador y le devolvía su circunspecto
mutismo en el acto simbólico, un poco hamletiano y difícil de comerse una
manzana. Ese gag está lastrado quizás por los estertores de tonto o gangoso con
los que aligeraba su rompedora modernidad. El gangoseo aún lo hereda Millán de
Martes y Trece en forma de tic exagerado y chufletero. El tonto, la burla del
tonto en nosotros mismos, pero también una forma de dar ritmo al número que
tenían los cómicos. Esa intervención debió de ser sin duda uno de los primeros
juegos de la televisión española con su televidente. Un juego de espejos. El
español se encontraba a sí mismo en la pantalla.
(LAGACETA, 26-XI-12)
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