TELEVERITÉ
Un hombre tiene dos formas de explicar su fracaso, dijo
Sartre, así que Coto Matamoros, tras ensayar el otro día la tremebunda,
reincidió en el Deluxe por la vía del
polígrafo. Más lúcido despachó a su hermanísimo como Mortadelo, a Kiko Hernández
como Lucifer de chichinabo (“aunque más de nabo”) y a ambos como Los Frutos Secos. Con un chispazo de su
reencontrada lucidez, evidenció que la telemierda (Pérez Reverte) también ha
ido a peor. El realizador dividía en cuatro la pantalla y a su izquierda le
miraban Lydia, Kiko y Jorgeja como en la Tribu de los Brady. Ayer Sálvame era
un parnaso con el escritor que más vende (“La vida iba en serio”: la actualidad
es el morbo de Gil de Biedma, su sentimentalismo peor y nada de su rigor) y “el
segundo mejor después de Cervantes”, un Panero para los que no leen:
-¿Me tiene que gustar Chueca por cojones?
Y al decir eso y reconocerse “homófobo del movimiento, no
del individuo”, Jorgeja abandonó el plató dando la espantá que daba Míchel en
el Bernabéu de los ochenta. Acabada la revolución catódica del Sálvame, ahora
es un tinglado extraño en el que el público no suena a risas enlatadas, sino a
aplausos de mitin de Pere Navarro. Por defender la libertad individual sin la militancia
del sexo y rechazar el gueto, es decir, por decir cosas parecidas a las que alguna
vez dijera Pombo, que es tan gay como Jorgeja, le hicieron a Coto la lobbytomía.
El Sálvame echa de menos la absurda intimidad de Belén Esteban, sus lágrimas de
oro catódico, su amorío a lo Liz Taylor y Richard Burton con Fran. Se echa de
menos hasta a Topacio, esa Belén trans, porque Jorgeja ya sólo brilla cuando bebe como un piconero
Málaga Virgen y su televisión nos resulta paradójica: cuanto más cinica más
aficionada al polígrafo: la verdad científicamente revelada, objetiva,
absoluta. Frente a la verdad múltiple de un debate o la machadiana libertad
conjunta de una entrevista, el totalitarismo de la Verdad única (televerité). Del
corazón al cardiograma. Sálvame antirrelativista y moralizante. Quién nos lo
iba a decir.
(LAGACETA,
25-XI-12)
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