GALLARDÓN
"A ti te haré ministro", le ha dicho Rajoy a un niño, degradando aún más la condición ministerial. Ese bebé manchego, al que llevaron al mitin como quien lleva el niño a que se lo bendiga el santo, ya tiene la biografía marcada y puede sentirse ungido. Ese niño puede ser un Gallardón, un predestinado al marmolillo de la historia. El Alcalde, que apunta a ministro, ha dicho que milita en el partido popular desde antes de tener uso de razón, subrayando su derechismo zoológico, y dejará Madrid, que en otra rebeldía no se ha dejado proyectar del todo por este pelma del olimpismo. Otra de las resistencias de Madrid: el Alcalde Ruiz-Gallardón, que no se aguantaba las ganas de ser estatua. No conozco a un derechista que no deteste a Gallardón y a ningún socialista que le votara jamás. ¿Qué tiene pues Ruiz-Gallardón? La retórica amable y la sintaxis del centro. Babyface repelente que no enseña su foto de colegial porque no le hace falta, sabelotodo del 'saber y ganar' de la política, su trayectoria es la parábola silenciosa de un proyectil ambicioso y su biografía un lento vals con el poder, un merodeo folletinesco y púrpura. Tan inexplicable es que parece el Lady Gaga de la derecha, puro instinto y voluntad de poder, determinado a llegar como una ambición rubia. Si el poder es un porro que va rulando, el gran acaparador de caladas, Rubalcaba, le deja el sitio a este otro político químico, y las cejas de ZP a sus cejas de lechuzo por las que envejece Gallardón, como Aznar envejece por su bigote.
"A ti te haré ministro", le ha dicho Rajoy a un niño, degradando aún más la condición ministerial. Ese bebé manchego, al que llevaron al mitin como quien lleva el niño a que se lo bendiga el santo, ya tiene la biografía marcada y puede sentirse ungido. Ese niño puede ser un Gallardón, un predestinado al marmolillo de la historia. El Alcalde, que apunta a ministro, ha dicho que milita en el partido popular desde antes de tener uso de razón, subrayando su derechismo zoológico, y dejará Madrid, que en otra rebeldía no se ha dejado proyectar del todo por este pelma del olimpismo. Otra de las resistencias de Madrid: el Alcalde Ruiz-Gallardón, que no se aguantaba las ganas de ser estatua. No conozco a un derechista que no deteste a Gallardón y a ningún socialista que le votara jamás. ¿Qué tiene pues Ruiz-Gallardón? La retórica amable y la sintaxis del centro. Babyface repelente que no enseña su foto de colegial porque no le hace falta, sabelotodo del 'saber y ganar' de la política, su trayectoria es la parábola silenciosa de un proyectil ambicioso y su biografía un lento vals con el poder, un merodeo folletinesco y púrpura. Tan inexplicable es que parece el Lady Gaga de la derecha, puro instinto y voluntad de poder, determinado a llegar como una ambición rubia. Si el poder es un porro que va rulando, el gran acaparador de caladas, Rubalcaba, le deja el sitio a este otro político químico, y las cejas de ZP a sus cejas de lechuzo por las que envejece Gallardón, como Aznar envejece por su bigote.
Su alianza con Rajoy, su espera callada, larga como el asedio de Cádiz, parece también la maduración de la derecha posible, de la derecha asumible. Estos dos políticos parecen el resultado de una negociacion entre España y su derecha y la impaciencia les asoma un poco en la caricatura: la mandibula rumiante de Rajoy; el ceño nublado y el rictus algo amargo de Gallardón, como un leve asomo de crueldad.
El centro es el oportunismo de la derecha y probada cintura tiene, probada capacidad de negociación presenta, el que antes de nada ha negociado con el tiempo.
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