lunes, 10 de octubre de 2011

DURAN



Según el AS, España ya no necesita el Real Madrid. Ni la Virgen María, ni los toros, ni las Diputaciones, ni las columnas sonoras. Con lo que España va dejando de necesitar podríamos construir un parque de atracciones como en aquella novela inglesa y allí pasariamos los domingos. Su construcción debería ser valenciana, para remediar la fallida Tierra Mítica, que fue un Macondo nuestro, como macondo fue la polis del pocero. Unos territorios de la imaginación que han quedado en imperio fallido donde no sale el sol, donde nunca amanece porque son urbanizaciones desérticas en que los edificios gritan, con la elocuencia de la arquitectura cuando es de noche.
A España le sobra el Madrid. Qué régimen seguirá España y hacia qué delgadez de modelo etérea querrá llegar. Le va sobrando el Madrid y tiene a Duran i Lleida por político más valorado, MVP del parlamento. Durán (ay, Duran Duran...), con sus copulativas, que en Madrid solo usan los pijos de los grandes linajes -porque no casan apellidos, sino patrimonios-; Duran, con esas gafas rojas de modelo de Chin chin Afflelou, que le roban el esteticismo a Luis Antonio de Villena. En plan barcelonés ordenado, rey del minimal, como queriendo engañarnos dándoselas de finlandés. Duran, Duran, experto avizorador, siempre allí donde pendulan las mayorías, como si la política fuera el arte ciego de la piñata. Este Duran que piensa que la financiación autonomica es un dame pan y dime tonto ha dicho que cómo puede ser que los extremeños se gasten el PER en el bar y verdaderamente sólo se ha escandalizado algún alcalde pedáneo y Carlos Dávila, y ésto es un gran fracaso del sr. Duran. Necesitamos un nuevo nacionalismo, un nacionalismo de tópico renovado, de cliché supermoderno. ¡Dónde están los novísimos del nacionalismo! Quizás en el antimourinhismo, reclamando para si ya no la laboriosidad, sino la pura bondad. Ese es el futuro, señor Duran, sus gafas rojas nos gustan, pero no remueve nuestras visceras, no nos hace usted llamar a las radios, ni escribir cartas infantiles a los periódicos. Necesitamos un nuevo nacionalismo que nos vuelva a indignar. A este señor Duran le tenemos muy visto y nos cae demasiado bien. Viajante en el Palace, otro señor solitario en el eterno Palace.

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