VENGA ESA MANO
El Príncipe Felipe fue ayer a un entierro y
al salir se encontró con una señora que pedía y a la que en lugar de limosna le
dio la mano. Y es que la Familia Real tiene entre todas las magníficas irrealidades
de su estatuto la de verse liberada de la presión de llevar dinero encima. Son
la fascinación de la vida no pecuniaria, la vida sin parné, porque en nuestra
representación de sus majestades nos los vestimos sin dinero. Los
republicanistas de la normalidad regia querrían a Doña Sofía buscando un euro
en el monedero, pero eso sería el final. La moneda es como la proteína social,
que sin ella no se va a ningún sitio y ellos, o Lady Gaga, es decir, los
magníficos, están por encima del vil metal y del billete arrugado y cocainómano.
Luego, el gesto del Príncipe es la genialidad de
plantarle un saludo al pedigüeño, porque España ya parece una superproducción
de Los Miserables y no es mala cosa empezar a responder con la mano, dando la
mano, como hizo Don Felipe, que queriendo o sin querer le hizo a la señora lo
que a Urdangarín:
-Señor, deme algo.
-Yo a ti, cuñado, te voy a dar la mano y a
lo mejor un abrazo.
Este tipo de salidas se dan mucho ahora. Yo
fui a pedir que me pagara mi jefe y él respondió que pagarme no, pero que
pidiera un anticipo.
Con esto de ayer el Príncipe le ha dado al
apretón de manos un nuevo uso más allá del saludo, que es el menos importante
de todos. Desde que la gente quiere proyectar una imagen, cada vez que dos
señores se encuentran y dan la mano eso parece un documental de la dos sobre
machos alfa. La cosa se alarga y nadie deja de apretar y suelta la mano del
otro porque el primero que la suelte sabe que es maricón. Hace poco, un alcalde
valenciano fue a saludar a otro y le fracturó la mano. Hay amigos, conocidos y
saludados, y cualquiera de éstos te puede luxar un meñique. Y luego están las
mujeres, que dan la mano con mucha intensidad de mirada, como trasmitiendo algo
desde el fondo del iris, dejando la mano como médiums.
El apretón se está haciendo tan enérgico en
sociedad que algunos parecen mancos que estuviesen estrenando mano, una mano
trasplantada, de las que se rebelan porque mantienen una inquietud de dedos del
dueño anterior, dando la razón a Mariló Montero en lo del alma y el cuerpo.
ALl Príncipe, como al rey, no se le puede
poner la mano, poner el cacillo gomoso de la mano gordezuela, porque aquí no
hay más mano que la mano real, mano institucional, que es como esa mano de
orador que sacaba Ramón en una película antigua, con la que dirigía las
multitudes o realizaba cuestaciones. La mano real es la mano quieta, quieta
mejor en palacio, que estrecha uno a uno, como en una cadena de montaje del
saludo. Por eso, el monarca, cuando sale, tiene el problema de ir saludando
automáticamente, un poco indiscriminadamente, porque el Rey es ante todo una
institución saludadora y habla por su extremidad. Un Rey en la calle será como
un maniquí articulado que empezara a darnos la mano, renovando nuestra
condición de súbditos afables.
(LAGACETA,
26-X-2012)
Ahi va tu primer comentario como una mano amiga sin dobles sentidos. Me ha molado tu post pero yo pienso que esto de la monarquía cercana y bonachona es mierda. Los reyes no deben rebajarse a ayudar ciclistas y dar manos a pobres. A los reyes hay que temerlos, como a Fernando VII, Longshank, Aegon Targaryen o Joefrey Bratheon
ResponderEliminarThis text is invaluable. How can I find out more?
ResponderEliminarCheck out my homepage factory unlock iphone 4 free
Here is my web page : unlock iphone 4 for t-mobile
Very energetic post, I liked that a lot. Will there be a part 2?
ResponderEliminarAlso visit my web blog - Magazine Style