LA
PORTADA
El
Hola es una cabecera de prestigio. No tiene que forzar la máquina, ni sesgar
sus informaciones. El Hola es una estampación y tiene realidad de sello. No necesita defensor del lector. La
vida social es una sucesión de holas y en el próximo siglo no nos iremos al
Museo ABC (ay), sino al museo de cera de las portadas hola.
El
Sálvame anunciaba esta tarde una noticia bomba que podía cambiar la historia.
Yo, que voy de listo, he dicho, já, y un jamón de los que se loncha rajoy, a mí
no me pilláis esta vez. Pero la noticia cambia la historia, efectivamente. No mentían mis ídolos. Para empezar, una
generación entera nos hemos ido disculpando una vida a medio hacer, los tuppers de
mamá y un caos sentimental digno de Alberto de Mónaco pensando que peor sería si
fuéramos Paquirrín. Pero encima de la crisis nos llega este mazazo. Justo antes del 20N, hasta paquirrín ha decidido ponerse las pilas.
Ya
anunciaba Kiko con seriedad de torero en La Noria: ‘me he hecho hombre’.
Como hechuras de torero no tiene ha buscado el toro del matrimonio y ahora vendrán la
finca, los churumbeles y el poderío rociero. Ya la isla, con su régimen de
cocos y su ataque de gota, le había afinado el tipo, sacándole un perfil
rivera, el perfil rivera que el muchacho se buscaba en los espejos sin fortuna.
En la Isla Paquirrín ha encontrado un oficio, un lugar en el mundo, una
disciplina y una novia. Eso, precisamente eso, era la mili.
Paquirrín
se ha quedado embarazado de Jessica, no fuera a acabársele el sueño. La portada
nos lo muestra patriarcal, abrazando a… ¡abrazando a su madre! que se interpone
entre los novios. A Jessica esa intermediación de espíritu santo de la pantoja
le da un poco igual.
La
foto es una trinidad y tiene un no sé qué de castellers, con kiko encima,
coronando ¡como si fuera el paquirrín de la piel de canela! ¡Kiko coronador de
casteller familiares abrazado a su mamá que le revalorizaba la portada!
Ahora
sabemos que fue a hablar con Anne Germaine para que su padre, inmortal héroe
social, le bendijera. “Papá, vas a ser abuelo”, le telepatizaba kiko a su padre
glorioso, por fin, seguro, con Carmina.
Yo,
que sólo he aspirado en mi vida a ser uno más del clan Pantoja, me imagino el
embarazo y nacimiento de esa criatura como el advenimiento de un nuevo
Paquirrín en el belén flamenco de Cantora. Ese niño que, enriquecido genéticamente, se riverize y vengue al padre de toda
su fealdad con los cromosomas germánicos de mamá. Andreíta ya tiene sucesor. Está
garantizada la continuidad de la cosa cordial y dieciochos años de pixelado intrigante. Viva la eterna España de mesa camilla.
Eres un artista Hughes.
ResponderEliminarjajaja Me ha encantado todo. La forma de expresar las cosas que tienes me maravilla. Felicidades.
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