lunes, 3 de octubre de 2011


TELE: UN DELUXE Y PUNTOPELOTA


Zapeo canalla. Veo el deluxe repetido, donde el tema estrella es la expresión ‘a horcajadas’ y lo de menos la rubia nada platino que asociaban con Fran. La noche loca del príncipe consorte se ha quedado en cuatro copazos. Ni rubiazas, ni travestis, ni polvos en el reservado. El clan de colaboradores, eje del mal incluído, se ha lanzado contra la presunta que resulta ser una eterna aspirante a la tele, en ese submundo del discotequeo lagartón de la Posada y el Garamond, el gran casting de la tele actual. Lugares que visitaremos los de provincias en viajes organizados. Será tendencia este invierno romper con la pareja yéndose al garamond a tener la noche loca con una tronista y se le llamará hacer un fran o hacer un garamond. Claro que éstos no rompen. Por algo, Jorgeja, en hipérbole cachonda, los comparó con Liz Taylor y Richard Burton. Bueno, dirán algunos que Belén tiene unos ojos expresivos y que Fran también parece pegarle al frasco. Los colaboradores, que son virtuosos del montaje, afean a la presunta, presunta rubia, sus burdos intentos, su chapucería de cebo de paparazzo. Después, la negra amiga de Nagore, que es como la Esteban y Queen Latifah juntas, discute con Sofi ante la sonrisa conciliadora y guasona del hermano de Aída, que se va a acabar merendando a la hermana.

Mientras, el lobo dice en intereconomía que Mourinho quiere ser diana. La frase me recuerda a otros contextos. Es una frase con su intríngulis. Lleva implícito el reconocimiento de un mecanismo que haría de Mou una víctima. Y diría que hasta una disculpa, porque se carga la responsabilidad y la acción en el portugués, sujeto de la oración. Además, la víctima no sería abnegada, sino que se aprovecharía de su condición. Inadmisible. Alrededor de Mou y su carisma de jota erre se libran otras batallas. Mourinho es el gran despertador de tics, de tan nervioso como pone a algunos.

Lo normal es escribir intrincadamente, pienso ante el colutorio –purgante nocturno del inevitable anacoluto con el que no debemos irnos a dormir-. La sencillez y el orden sintácticos son productos de la  reflexión y del segundo intento. El pensamiento es un galimatías. La mera conciencia una casa de locos, un gallinero. Lo normal es escribir un enredo. De modo que sí, la sencillez es una forma (¡otra más!) de impostura.

1 comentario:

  1. "El pensamiento es un galimatías."

    Pensamos en bloques y hablamos en "filas" y eso da lugar a amputaciones dramáticas.

    "De modo que sí, la sencillez es una forma (¡otra más!) de impostura."

    Es mejor comunicarse que buscar una "experiencia profunda del ser" que de todas formas nadie tiene sin ayuda de los demás...

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